Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

Ahora Andrés Manuel López Obrador salió con que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa “no es crimen de estado”, porque ahora es el comandante en jefe, quiere revertirlo a un simple crimen individual.

Aún si participaron todas las dependencias del gobierno anterior, ahora solamente se procesará, si se encuentran, como simple violadores de la ley individuales, y está ofreciendo garantías a aquellos que denuncien si saben quién participó.

Nos tenemos que preguntar: ¿Qué sombras se mueven detrás de los matorrales? ¿Deslindar al estado de cualquier responsabilidad a quién beneficia en realidad? Para eso tenemos que ver que uno de los principales involucrados fue el ejército mexicano.

AMLO depende totalmente del ejército para poder sobrevivir y no sufrir la suerte de Evo Morales; al ejército no le conviene que sus altos mandos sean inmiscuidos en participar directamente bajo las órdenes del narco o en conspiración con los capos de la droga.

Otro participante de acuerdo a las investigaciones de Anabel Hernández es el crimen organizado que se ha penetrado hasta la medula de la política, como lo vimos en el caso del juicio del Chapo Guzmán, que sobornaba hasta el presidente.

Los estudiantes en su inocencia tomaron camiones para ir al 2 de octubre en México para conmemorar los caídos del 2 de octubre, sin saber que ellos mismos caerían al tomar autobuses cargados de drogas para Chicago y puntos de Estados unidos.

Es imposible pensar que en un operativo tan complejo no salgan testigos a decir donde están los jóvenes.

Solo que haya protección oficial del gobierno o aun peor amenazas.

Antonio Tizapa, padre de uno de los 43, nos dijo en nuestro programa de radio que cuando AMLO andaba en campaña, se molestó porque le preguntó que si dónde estaban los jóvenes, y después de acusarlo de agitador, le contestó que le preguntara al ejercito.

Ahora que es presidente López Obrador, es el comandante en jefe del ejército ¿Y ahora no le puede pedir al ejército que conteste?

Ahora si alguien es encontrado culpable con el grado de soldado raso, sargento, capitán, coronel o general no será el ejército mexicano el culpable, será un pobre diablo el chivo expiatorio de un narco gobierno disfrazado de democracia, con el mismo cuerpo militar, policiaco y corrupto pero con la cara de San Andrés que le lava todos sus pecados anteriores, puesto que ya no es la misma cara pero sigue siendo la misma burra nomas que revolcada.

La desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa sigue siendo crimen de estado, puesto que fue el estado que lo perpetró.

El viraje por parte de Andrés Manuel López Obrador apunta con el dedo hacia donde va la investigación, y la investigación no va a las administraciones del estado pasadas.

La investigación apunta hacia individuos en calidad de criminales individuales, en verdad son criminales asociados con el estado mexicano; López Obrador por protección a su persona, o protección a su administración, quiere aislar las instituciones corruptas bajo su mando.

Estás instituciones son desde el ejército, la policía federal, la policía municipal y reflejan el crimen que AMLO quiere ahora santificar como el elegido para salvar a México con una varita mágica.