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(Donde vive el espíritu de la verdad)
La programación mental es algo que prevalece en todos los ámbitos y niveles de nuestras vidas, empieza desde antes del primer respiro y termina en el último suspiro.
Sin embargo pocos estamos conscientes de los procesos y simple y sencillamente lo vemos como algo natural, algo tan sencillo como nuestro nombre, es producto de un método de programación sistemática centralizada a través de la iglesia, el gobierno, las corporaciones, y normas sociales establecidas desde que nuestra programación mental se enajeno de la naturaleza misma en nuestro intento de sobre vivencia en el mundo natural.
Para ponerla mas fácil: ¿Porqué es que tenemos nombres de santos los bautizados en la iglesia y no el Nahualli con el que nacimos? Antes nos nombraban Cuahutémoc, (Aguila que desciende), ahora nos llaman Angel o Gabriel.
Antes nuestras vidas se conformaban a lo natural y hoy en día se viven en lo mental.
Hoy nos envían a la guerra para defender conceptos abstractos como “democracia,” “libertad,” y “justicia”, peleamos por términos abstractos que nada tienen que ver con nuestra familia, nuestra alimentación, o relación a la tierra que nos da de comer.
Algunos pueblos como los Haudenosaunee (Iroquois) tuvieron 700 años de paz porque en su sabiduría permitían que las madres decidieran cuando se lanzaban a la guerra contra las otras bandas, pues una madre la va pensar 10 veces antes de enviar a su hijo a morir sin razón válida.
Antes el liderato se ganaba con el respeto, la manera de comportarse ante la familia, la comunidad, el clan, hoy en día se gana con un voto influenciado por la programación sistemática corporativa de un sistema diseñado para extraer no solo el trabajo con el sudor de tu frente sino utilizar el dinero que te pagan para enriquecer las corporaciones aún más a través del consumismo.
Es por eso que no solo nos programan con nuestros nombres al nacer, sino que nos bautizan con la identidad falsa de raza, identidad nacional, y hasta identidad de genero.
Ahora por ejemplo un movimiento mediatizado promovido no solo por ciertos grupos sino por el mismo partido demócrata y los medios de comunicación insiste en llamarnos LatinX.
En primer lugar es una campaña de programación sistemática donde tenemos hasta Jorge Ramos llamándonos LatinX a través de la candidata demócrata Elizabeth Warren.
El argumento es que es un termino mas inclusivo porque no solo involucra a los ‘latinos’ sino a todos los géneros ¿Pero que esta detrás de eso? Terminar lo que empezó en el intento programático de Francia durante el Reino de Maximiliano y Carlota de borrar las identidades indígenas y nacionales bajo el mando imperial Napoleonico de los 1800.
También la Iglesia Católica nos programaba a ser Católicos, Apostólicos, y “Romanos.” Al agregar la X además de la identidad indígena, borran la identidad de género, con el argumento de ser exclusivo.
Es el mismo argumento de inclusión que utilizaron con el argumento de la raza cósmica para borrar las variantes de identidades nacionales indígena.
Para propósito de esta columna si logramos que empiecen a cuestionar desde el origen de su nombre hasta la identidad que nos han impuesto a través de varios siglos entonces vale la pena.
Porque un pensamiento crítico es el comienzo de la lucha contra la enajenación a la que hemos sido programados con o sin nuestro consentimiento.