Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

“La mejor manera de evitar la fuga de un prisionero es asegurarse que nunca sepa que esta en prisión”: Fyodor Dostoevsky

Esta frase atribuida al gran escritor ruso Fyodor Dostoevsky encapsula nuestra realidad como seres humanos atrapados dentro de una inconsciencia disfrazada de religión, filosofía, ideología, política y trampas mentales que nos impiden percibir nuestra humanidad encarcelada dentro de nuestra mente.

Solo es necesario observar las elecciones “democráticas” en cualquier país del mundo para observar la manipulación a la que es sujeta la humanidad que piensa que solamente con elegir a la persona adecuada se le va a solucionar el problema existencial y podrá vivir feliz en libertad y con una economía personal que lo liberara de ser bestia de carga para el patrón, la maquila, la fábrica, la renta, las deudas económicas que lo mantienen atado a un trabajo, a un patrón.

El poder cambiar de empleo le da un sentido de libertad sin percatarse que independientemente de la libertad de escoger empleo no le quita la realidad que está encarcelado a tener que trabajar para otros y así poder comer, tener un techo, y poder tener abrigo.

Entonces busca alicientes que lo motiven a seguir con la carga impuesta por una sociedad manipulada por una minoría corporativa que le hablan de liberación mientras le cierran con llave su mente.

No por nada los invasores siempre traían con ellos a un fraile que les ofrecía la liberación espiritual con un Cristo crucificado cuando por otro lado los quemaban vivos, los masacraban y con palos de fuego producían ríos de sangre para encarcelar sus cuerpos en el trabajo de encomienda, de hacienda, saciando sus más bajos instintos con el derecho de pernada.

Pero allí estaba el fraile para confesarlos y abrirles las puertas del cielo, aunque aquí en el terruño convirtieron a la Madre Tierra en una virgen morena para matar a la Madre Tonantzin que les daba todo, pero ahora los seducía a servir al Obispo inquisidor que les abriría las puertas de la salvación después de extraerles la última gota de sangre.

Hoy en día se creo otra religión llamada “democracia” que nos da la sensación de que nosotros elegimos a nuestros liberadores pero que en realidad siguen siendo verdugos a sueldo de las grandes haciendas modernas llamadas corporaciones. Donald Trump, Joe Biden, Bernie Sanders, siguen siendo hechiceros con varitas mágicas que nos ofrecen vino, pan y circo como lo hacían los antiguos romanos para controlar a los ciudadanos libres que no dejaban de ser esclavos igual que sus sirvientes pero con el status de ciudadanos.

Democracia, libertad y justicia es la nueva religión para lavar cerebros, saquear el mundo y justificar invasiones. También es la programación que nos mantiene fieles al patroncito.