A casi medio centenar de niñas y niños de la parroquia San Gregorio, quienes recibieron los sacramentos de la Comunión y la Confirmación el pasado 19 de mayo, Monseñor John P. Dolan los exhortó a ser buenos cristianos y nunca alejarse de los caminos de Dios, en lo que fue su primera visita a esta comunidad desde que tomó posesión como Obispo de esta Diócesis.
Asimismo, felicitó a sus padres y padrinos, por preocuparse por su educación cristiana y formación espiritual, de estos tiempos tan convulsionados en los que nuestros valores familiares viven bajo una continua amenaza.
En su homilía bilingüe ante cientos de feligreses que asistieron a la solemne celebración en honor de los 48 niñas y niños adolescentes que estaban a punto de recibir por primera vez el Cuerpo y la Sangre de Cristo a través de la sagrada Comunión, y el Espíritu Santo con sus 7 dones por la Confirmación, el Obispo de Phoenix recordó a los recipientes: “Ustedes son hermosos hijos de Dios que los ama”.
Les pidió no alejarse de su parroquia, no dejar de recibir los sacramentos y continuar su educación cristiana porque: “Esto apenas es el comienzo, todos necesitamos caminar cerca de Dios y no alejarnos de Él”.
También, seguir comiendo el pan divino para alimentar su alma, porque así como el cuerpo necesita ser alimentado lo mismo debemos hacer en lo espiritual: “Sigan comiendo el Pan de vida a través de la Comunión, ya que es el alimento del alma, lo cual algunas veces olvidamos
El jerarca católico, les recordó que: “Mediante el maravilloso sacramento de la Confirmación hoy van a recibir los dones del Espíritu Santo, como Jesús lo recibió cuando fue bautizado por Juan El Bautista”.
Renuncian al mal
Tras la homilía en la que fue su primera visita a la comunidad parroquial de San Gregorio como pastor de esta Diócesis de casi 1.2 millones de católicos, John P. Dolan dio de sus manos la hostia y vino consagrados a los casi 50 jovencitos católicos de entre 10 y 17 años, a quienes también les impuso las manos para infundir en ellos al Espíritu Santo y les puso el aceite sagrado en la frente como signo de su confirmación en la fe.
Les dijo una vez que recibieron los dos sacramentos: “Sean siempre servidores de los demás como lo fue Cristo, que no vino a ser servido sino a servir”.
Al pedirles que no se olviden de Jesús ni lo saquen de sus vidas, Monseñor Dolan les preguntó a los niños, así como a sus padres y padrinos: “Renuncian ustedes a Satanás, sus obras y seducciones?”.
A lo que todos al unísono respondieron: “Si renuncio”, haciendo así un compromiso sagrado con Dios.