Frank Salomón habla sobre su larga y brillante trayectoria en el Departamento de Bomberos de Phoenix.

Frank Salomón es un personaje de altos vuelos, que a lo largo de su vida ha llegado hasta donde se lo ha propuesto en los ámbitos personal y profesional.

Ser inmigrante y de una familia de recursos modestos, no fue obstáculo para cumplir sus sueños de cursar una carrera y dar a su familia un patrimonio una vida sin limitaciones económicas.

Este inmigrante sonorense originario de Nogales fue traído por sus padres a Arizona cuando contaba con solo 5 años; de su padre aprendió la dedicación y la responsabilidad en el trabajo, así como la constante superación, mientras que su madre le inculcó el amor a Dios, a la familia y el respeto a los demás.

Hace 40 años ingresó a las filas del Departamento de Bomberos de Phoenix, donde comenzó como cadete y fue escalando grados hasta llegar a ser Subjefe de dicha corporación, que está entre las 10 más grandes y mejor preparadas del país; de hecho, y es uno de los pocos hispanos en llegar a esa posición.   

Salomón lleva 33 años casado con Shaney con quien procreó 3 hijos, todos profesionistas; estudió la primaria en la escuela católica Sagrado Corazón y Sunset Elementary; de ahí pasó a Maryvale High School, donde se graduó en 1982.

En 2021, tras 37 años de servicio, solicitó su retiro y ahora junto con su esposa llevan, una vida tranquila estilo campirano en su rancho de Queen Creek, donde cuida sus caballos cuarto de milla, pasando gran parte de su tiempo a hacer más construcciones y fabricar estructuras de metal en las caballerizas mientras escucha música mexicana, principalmente ranchera y la romántica de su ídolo Marco Antonio Solis “El Buki”.

Un accidente, la causa

Frank Salomón cuenta que a la edad de 15 años, cuando iba a la High School fue cuando surgió la idea de ser paramédico/bombero, pero no salió de él sino de otras personas.

La causa fue un accidente frente a la escuela, donde una de sus compañeras fue atropellada por un vehículo; recuerda que todos alrededor se asustaron quedando pasmados.

“Sin pensarlo, como por instinto, fui el único que corrió a auxiliarla; no sabía nada de primeros auxilios, solo no dejé que se moviera y le hablaba para tranquilizarla”.

Dice que enseguida llegó la enfermera de la escuela y los paramédicos; se iba a retirar, pero para su sorpresa los socorristas y la propia enfermera le dijeron que se quedara ayudándoles, que lo estaba haciendo muy bien; afortunadamente la muchacha se puso bien.

A raíz de eso, sigue contando, tanto los bomberos que acudieron a la escena como la enfermera le dijeron por qué no entraba a la corporación, él no estaba seguro, habló con sus padres, quienes le dijeron que era su decisión y él lo hizo.

Luego de terminar la High School tomó unos cursos en Phoenix College, el sonorense ingresó al año siguiente a la Escuela de Cadetes y poco después a la Academia del Departamento de Bomberos, marcando así el inicio de su brillante carrera luego de obtener la certificación de paramédico.

Siempre con el deseo de superación profesional nunca dejó de estudiar, mientras la capacitación y adiestramiento en el combate de incendios, socorrer a personas en accidentes, realizar todo tipo de rescates, atender desastres naturales y manejo de derrames de materiales peligrosos fue de manera permanente.

Una gran carrera

El ex alto mando del Departamento de Bomberos que tiene alrededor de 2,000 miembros, dice sentirse orgulloso de su carrera que calificó como gratificante aunque difícil; incluso a la Academia muchos aplican pero son pocos los que pasan las pruebas y todos los exámenes.

“Si volviera a nacer sería bombero de nuevo. Es muy gratificante rescatar salvar vidas y rescatar personas de peligros como incendios, accidentes y otros siniestro” sostiene.

El entrevistado agrega que al mismo tiempo es difícil, y en este sentido comparte que en su caso, lo más duro era acudir a escenas fatales como accidentes automovilísticos, ahogamientos de niños e incendios que dejan familias desamparadas.

“Para ser bombero hay que tener carácter y no tener miedo, el que tenga miedo no es para esto”, dice enfáticamente.

A los jóvenes les sugiere considerar esta carrera en la que, asegura, se paga bien y tienes muchos beneficios; cuando llegan a su retiro, los bomberos pueden tener una vida tranquila y holgada.