Los Arizona Cardinals entran en la pausa antes del arranque oficial del campamento de verano, el cual comenzará en las últimas semanas de julio. Foto: Cortesía / Arizona Cardinals Facebook
Con el minicampamento obligatorio ya en el retrovisor, los Arizona Cardinals entran en la pausa antes del arranque oficial del campamento de verano, el cual comenzará en las últimas semanas de julio bajo el sofocante calor del desierto. Para veteranos y novatos por igual, la etapa que se avecina es clave para definir los roles dentro de un equipo que busca regresar a los primeros planos de la NFL.
Y dentro de ese proceso, dos nombres resuenan con fuerza entre los nuevos rostros de la defensiva: Will Johnson, esquinero campeón nacional con Michigan en 2024, y Cody Simon, linebacker central que levantó el título con Ohio State en 2025.
Lo curioso de su historia es que hasta hace poco eran parte de una de las rivalidades más intensas del fútbol americano universitario. Hoy, ese pasado queda atrás, y ambos forman parte de la nueva sangre que buscará aportar juventud, velocidad y mentalidad ganadora a la defensa de Arizona.
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“Es una locura ser el único chico de Michigan en este edificio”, comentó Johnson en entrevista con el programa Burns & Gambo de Arizona Sports. “Hay personal y jugadores de Ohio State por todos lados. Pero está bien. Siempre ha sido yo contra todos”.
Johnson, de 6 pies con 2 pulgadas de estatura, cayó sorpresivamente hasta la segunda ronda del draft. Aunque eso lo motiva aún más. “Todavía tengo esa espina. Siento que tengo que demostrar por qué debí ser de primera ronda”, afirmó.
Por su parte, Simon fue seleccionado en la cuarta ronda como pick número 115. “Jugar como linebacker MIKE en la NFL conlleva una gran responsabilidad. Tienes que controlar la defensa y saberlo todo”, explicó. “Por suerte, en Ohio State me prepararon muy bien para eso”.
Ambos jugadores coinciden en que el cambio al nivel profesional no solo pasa por lo físico, sino también por lo mental. Aprender nuevos esquemas, adaptarse a un lenguaje diferente y, sobre todo, ganarse el respeto del vestidor es parte del proceso.
Johnson menciona que lo más complicado ha sido el sistema defensivo: “Es el mismo concepto que usábamos en college, pero con otra terminología. Eso me ha hecho pensar más”.
En cuanto al liderazgo, Simon destaca al linebacker veterano Mack Wilson Sr. como su principal guía. “Después de que él anunciara mi selección en el draft, me contactó de inmediato. Ha sido un tipo vocal, dispuesto a ayudarme. Eso vale mucho”, declaró Simon.
Calor, tatuajes y respeto
El calor del verano en Arizona es otro reto, especialmente para los que no están acostumbrados a temperaturas de más de 110 grados.
“Estaré adentro para eso, créeme”, bromeó Simon.
Johnson, por su parte, trae consigo no solo talento, sino también historia. Lleva un tatuaje en el brazo derecho que representa su paso por Michigan: rosas por el Rose Bowl, un retrato de su padre y el logo de la universidad con el título nacional incluido.
“Dije que si ganábamos el campeonato, me lo tatuaría. Y lo cumplí”, contó.
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El coordinador defensivo Nick Rallis ha sido claro: este no es el momento para relajarse. Los Cardinals han renovado buena parte de su defensiva y buscan generar una nueva identidad. Con veteranos como Calais Campbell y promesas como Johnson y Simon, el campamento servirá como termómetro para evaluar si el equipo está listo para competir.
Después de temporadas inconsistentes y con un cambio profundo en su estructura técnica y plantilla, el reto para Arizona es mayúsculo. Pero si algo está quedando claro antes de que ruede el balón en agosto, es que hay talento joven con hambre de triunfar… y con la disposición de ganarse su lugar bajo el sol del desierto.