Con más de 750 casos vinculados a un solo brote iniciado en enero, Texas concentra el 57% de los contagios nacionales de sarampión. Foto: Cortesía / Freepik
El sarampión, declarado erradicado en Estados Unidos en 2000, ha desatado una crisis sin precedentes en 2025: 1,309 casos confirmados, superando el récord de 1,274 de 2019 y tres muertes, todas en personas no vacunadas.
Esta cifra, la más alta en un cuarto de siglo, revela el colapso de un sistema de inmunización vulnerado por la desinformación, la politización de las vacunas y brotes focalizados como el del condado de Gaines en Texas, donde casi uno de cada cuatro niños en edad preescolar carecía de la vacuna triple vírica obligatoria.
Con más de 750 casos vinculados a un solo brote iniciado en enero, Texas concentra el 57% de los contagios nacionales; en el condado de Gaines, que reportó 411 casos, equivalente al 2% de su población, la tasa de vacunación era del 82.4%, muy por debajo del umbral del 95% necesario para la inmunidad colectiva; la situación se repite en condados vecinos: Terry (93.7%), Yoakum (91.8%) y Lubbock (91.8%), todos bajo el mínimo recomendado.
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La respuesta incluyó clínicas de vacunación emergentes y directrices excepcionales que permiten inmunizar a bebés desde los seis meses, logrando que en Texas las dosis administradas a lactantes se multiplicaran por ocho respecto a 2019.
El brote estadounidense es parte de una tormenta global, pues en 2023, la Organización Mundial de la Salud registró 10.3 millones de contagios y 107,500 muertes por sarampión, mientras países como Reino Unido reportaban sus peores cifras desde 2012.
Canadá y México, con 880 y 583 casos respectivamente en 2025, emitieron alertas de viaje reciprocas con Estados Unidos; el vínculo es innegable: un viajero contagioso que aterrizó en Denver en mayo desató casos en Colorado, mientras residentes infectados en Chihuahua, México, propagaron el virus en comunidades menonitas y cruzaron la frontera.
En la encrucijada política
Mientras el Departamento de Salud (HHS, por sus siglas en inglés) fija como meta el 95% de cobertura en preescolares, cuatro años consecutivos de incumplimiento revelan una crisis estructural, en 2023-2024, las exenciones no médicas para vacunas alcanzaron un récord histórico, dejando a 125,000 niños sin protección.
La respuesta gubernamental ha sido contradictoria: Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud, destituyó en plena crisis al panel asesor de vacunas que históricamente guiaba las políticas federales.
“Esta medida alimentará la propagación de enfermedades prevenibles”, advirtió Bruce A. Scott de la Asociación Médica Estadounidense.
El 92% de los infectados en el país no estaban vacunados, y el 28% eran menores de cinco años; las tres víctimas mortales, dos niños en Texas y un adulto en Nuevo México, equivalen al total de muertes por sarampión en el país en las últimas dos décadas y su pérdida expone el mito de la “inocuidad” del sarampión: antes de la vacuna (1963), causaba 2.6 millones de muertes anuales globales.
La erradicación pende de un hilo, pues si el brote texano continúa hasta enero de 2026, el país perdería su estatus de “sarampión eliminado”, conseguido en el año 2000.
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Mientras, la sombra de 2019 se cierne nuevamente: aquel año, brotes en comunidades judías ortodoxas de Nueva York, víctimas de campañas antivacunas, casi quebrantan la eliminación.
Hoy, con 29 brotes activos en 38 estados, el país enfrenta no solo un virus, sino el fantasma de su propia fractura. Como resume la Organización Mundial de la Salud: “El sarampión en cualquier lugar es una amenaza en todas partes”.