Los afectados, trabajadores hispanos de diferentes países, optaron por hacer la denuncia pública contra la empresa que los empleó. Foto: Oscar Ramos / Prensa Arizona
Vinicio De León, portavoz de un grupo de trabajadores techeros inmigrantes, expuso ante Prensa Arizona una deuda acumulada cercana al medio millón de dólares por parte de la empresa A1 Roofing Solutions, propiedad de José Camacho y Eliseo Arciénaga.
Los afectados, trabajadores hispanos de diferentes países, optaron por acudir a los medios tras agotar todas las vías de diálogo directo, ya que los propietarios ignoran sus reclamos y se niegan a responder a los intentos de contacto periodístico.
Intentos de Prensa Arizona para obtener la versión de Camacho y Arciénaga han sido infructuosos y este patrón de evasión refleja el trato a los trabajadores, quienes relataron cómo los propietarios usan “promesas falsas y migajas de pago” para retenerlos en obras. Eugenio Carrillo, con $60,000 adeudados, detalló: “Nos dicen: ‘Sigan a la siguiente casa y allí les pagamos todo’, pero nunca ocurre”.
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La táctica de A1 Roofing Solutions ilustra un problema estructural en sectores con alta mano de obra inmigrante. Según datos federales, el 78% de las violaciones salariales en construcción y servicios afectan a este grupo, donde la clasificación fraudulenta como “subcontratistas independientes” les niega protecciones laborales básicas.
“Nos llevan a obras con promesas falsas, pagan migajas para que continuemos, y al final niegan el pago completo”, declaró Vinicio De León.
Los trabajadores, clasificados como “subcontratistas” pese a realizar labores permanentes, describieron un mecanismo recurrente: la empresa los envía a instalaciones residenciales bajo la promesa de pagos semanales que nunca materializan.
Eugenio Carrillo, con $60,000 adeudados, relató cómo los propietarios “cambian de excusa cada viernes: desde cheques perdidos o “rebotados” hasta problemas bancarios”.
Wilmer Cabrera, a quien deben $10,500, añadió: “Mientras nosotros arriesgamos la vida en techos a 15 metros de altura, ellos exhiben en internet comentarios de clientes satisfechos logrados con nuestro sudor”.
La táctica de A1 Roofing Solutions ilustra una violación laboral documentada en estudios nacionales: la clasificación fraudulenta como contratistas independientes para evadir obligaciones legales.
Según análisis del bufete Consumer Justice, esta práctica permite a empleadores eludir el pago de horas extras, seguros médicos y compensaciones por riesgo, común en sectores como construcción y servicios donde los inmigrantes constituyen el 38% de la fuerza laboral.
Llenando vacíos legales
El juez de paz Enrique Medina Ochoa confirmó que las deudas inferiores a $10,000 pueden demandarse en cortes locales, pero casos como el de De León ($60,076) exceden ese límite: “Esto no es un simple incumplimiento contractual; es apropiación indebida agravada según el código penal de Arizona”.
Añadió que la Fiscalía Estatal tiene competencia para investigar, aunque su Unidad de Protección de Trabajadores requiere “pruebas sólidas de patrones deliberados”.
La respuesta inicial de la Fiscalía General, a través del vocero Oscar Hernández, fue cautelosa: “Solicitamos a los afectados formalizar denuncias con recibos y contratos”.
Esta reacción, según organizaciones proinmigrantes, refleja un problema estructural: el 55% de los trabajadores indocumentados evita demandar por temor a deportación, permitiendo a empresas abusivas operar impunemente.
El conflicto en Arizona ejemplifica una epidemia nacional. Industrias como construcción, agricultura y servicios concentran el 78% de las violaciones salariales según datos federales, donde los inmigrantes soportan condiciones peligrosas sin equipos de seguridad ni compensación por lesiones.
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Mientras A1 Roofing Solutions sigue operando, los trabajadores enfrentan consecuencias devastadoras y adeudos a sus propias cuadrillas.
“No pedimos limosna; exigimos lo que nos robaron”, resume De León.
Su lucha hoy trasciende el reclamo económico: es una batalla por la dignidad laboral en un sistema que invisibiliza a quienes lo sostienen.