Merrill Kelly de los elementos que salieron de los Arizona Diamondbacks. CORTESIA: Daniel Robles / Deportes Arizona.
La fecha límite de cambios en las Grandes Ligas dejó a los Arizona Diamondbacks en el centro del debate. Para algunos, las salidas de jugadores clave como el veterano abridor Merrill Kelly, ahora en los Texas Rangers, y el encendido tercera base Eugenio Suárez, son una clara señal de que la directiva decidió entregar la temporada 2025.
Para otros, es una estrategia de “recarga” que busca abrir espacio a jóvenes promesas y reconfigurar el roster de cara al futuro cercano.
La realidad es que el equipo no ha podido replicar el éxito de campañas anteriores y tras un arranque prometedor, el mes de julio fue demoledor: rachas negativas, ofensiva intermitente y un pitcheo abridor sin profundidad suficiente y en ese contexto, el gerente general optó por mover piezas valiosas a cambio de prospectos y flexibilidad salarial.
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Kelly, símbolo de consistencia en la rotación, dejó marca de 7-6 y efectividad de 3.92 antes de su partida, su liderazgo en el vestidor y su capacidad para trabajar entradas profundas serán difíciles de reemplazar.
Suárez, por su parte, vivía uno de sus mejores momentos ofensivos del año, con 21 cuadrangulares y un promedio por encima de .270, pero fue enviado a Seattle como parte de un paquete por jóvenes peloteros.
Los movimientos incluyeron también a relevistas con buen mercado y a jugadores de rol que aportaban profundidad, sin embargo, el nombre que no salió en ningún rumor fue el de Zac Gallen, el as de la rotación y mantenerlo puede interpretarse como una señal de que la reconstrucción no será total y que el equipo buscará competir a corto plazo, siempre y cuando logre reforzar la plantilla en invierno.
La llegada de nuevos prospectos ha sido el argumento principal de la gerencia y entre los adquiridos destacan lanzadores jóvenes con proyección de rotación y un par de bates que podrían desarrollarse rápidamente en ligas menores, pero aun así, queda la incógnita de si tendrán impacto inmediato o si el plan es más a largo plazo.
En el clubhouse, las reacciones han sido mixtas y algunos jugadores reconocen que es difícil ver partir a compañeros con los que han compartido años de trabajo y camaradería, mientras otros entienden la naturaleza del negocio y ven la oportunidad de que nuevos talentos se ganen un lugar en el equipo grande.
Los aficionados, por su parte, están divididos. Una parte de la afición considera que se desaprovechó la ventana de oportunidad que todavía quedaba esta temporada, especialmente en una División Oeste que, si bien dominada por los Dodgers, aún ofrece margen para pelear un comodín.
Pero otros prefieren apostar por una reestructuración inmediata que evite años de mediocridad.
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Con dos meses de temporada por delante, los Diamondbacks tendrán que responder en el campo a la pregunta que flota en el aire: ¿Están reconstruyendo para el futuro o simplemente recargando energías para un nuevo intento el próximo año?
La respuesta, como siempre, la darán los resultados… y el desarrollo de las piezas recién llegadas.