Arizona debe su relativo éxito de reducción de casos de cáncer a una combinación de factores demográficos y ambientales. Foto: Cortesía / Freepik
Arizona se consolida como uno de los estados con menor incidencia de cáncer en Estados Unidos, ocupando el octavo lugar nacional con solo 427 casos por cada 100,000 habitantes, según un estudio de Phillips Law Firm basado en datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
En 2021, el estado registró 31,020 diagnósticos, destacándose entre los territorios occidentales que lideran los índices más favorables, como Utah (358), Colorado (389) y Texas (392); no obstante, el cáncer de mama se mantiene como el más prevalente en Arizona y otros 34 estados, subrayando un desafío sanitario nacional que exige mayores esfuerzos en prevención y acceso a atención médica.
El contraste con regiones como el noreste es abismal: Maine presenta la tasa más alta (650 casos por 100,000), un 45% superior a Utah, seguida por Virginia Occidental (643) y Kentucky (583), donde el cáncer de pulmón y bronquios domina debido a factores como el historial de tabaquismo y la exposición laboral en minería.
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Esta brecha refleja, según un portavoz de Phillips Law Firm, “diferencias regionales que plantean interrogantes sobre factores ambientales, estilos de vida y acceso a atención preventiva”; el mismo análisis enfatiza que la detección temprana “sigue siendo una de las formas más efectivas de mejorar los resultados oncológicos”.
Arizona debe su relativo éxito a una combinación de factores demográficos y ambientales. La población, que alcanza los 7.58 millones en 2025, incluye un 19.3% de mayores de 65 años, grupo de mayor riesgo, pero registra menor exposición a contaminantes industriales comparado con estados del Rust Belt.
Además, su clima árido favorece actividades al aire libre vinculadas a estilos de vida activos, aunque la obesidad, presente en el 30% de los adultos y el retraso en la maternidad contribuyen a la incidencia de cáncer de mama, que representa el 30% de los casos femeninos a nivel nacional.
Pese a su posición favorable, Arizona enfrenta disparidades críticas: mujeres negras y nativas americanas tienen hasta un 38% más de mortalidad por cáncer mamario que las blancas, brecha atribuida a barreras en acceso a mamografías y tratamientos oportunos.
Programas como el reciente plan de descuentos del 80% en medicamentos intentan mitigar estas inequidades, pero la cobertura en zonas rurales y reservas indígenas sigue siendo limitada.
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Con el cáncer como segunda causa de muerte en el país, el caso de Arizona ilustra que incluso los estados con mejores indicadores deben redoblar esfuerzos.
Como señala el estudio: “Que el cáncer de mama sea el más común indica que se necesita hacer más en prevención y tratamiento mediante concienciación, financiación y otras vías”.