El FBI cateó la casa de John Bolton, ex asesor de seguridad nacional que ha sido crítico de Donald Trump. Foto: Cortesía / Facebook Team John Bolton
En una operación que ha avivado el debate sobre la independencia judicial y la presunta instrumentalización de las agencias federales, agentes del FBI allanaron al amanecer del viernes 23 de agosto de 2025 la residencia del exasesor de seguridad nacional John Bolton en Bethesda, Maryland.
El registro, autorizado por un tribunal federal, forma parte de una investigación por el manejo de documentos clasificados presuntamente vinculados a las memorias publicadas por Bolton en 2020, “The Room Where It Happened”.
“No soy fan de John Bolton. De hecho, pensé que era un canalla, y sufre del síndrome de trastorno mental grave de Trump”, dijo el presidente, refiriéndose al allanamiento a la casa de su exasesor de seguridad nacional.
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Trump reiteró que intenta “mantenerse al margen de esos asuntos” y que, en lo que respecta al registro de la casa de Bolton, “intencionadamente” no quiso involucrarse.
El presidente luego habló sobre cómo él también fue sometido a un allanamiento, refiriéndose al registro del FBI en su propiedad de Mar-a-Lago en 2022 durante una investigación sobre el manejo de documentos presidenciales y clasificados.
“Revisaron todo lo que se puedan imaginar”, añadió Trump.
El vicepresidente JD Vance negó rotundamente que el cateo respondiera a las críticas públicas de Bolton contra el presidente Donald Trump: “No, en absoluto”, declaró a NBC News, enfatizando que la investigación se centra en “documentos clasificados y una preocupación amplia” sobre el exfuncionario.
Vance añadió que, de no hallarse delitos, no habrá procesamiento, pero si se encuentran pruebas, “el embajador Bolton tendrá su día en corte”.
La redada revive un conflicto que se remonta a 2019, cuando Bolton fue despedido como asesor de seguridad nacional tras choques con Trump sobre políticas hacia Irán, Corea del Norte y Venezuela.
La publicación de sus memorias en 2020, que retrataban a Trump como “errático y desinformado”, intensificó la enemistad. El entonces presidente intentó bloquear legalmente el libro y acusó a Bolton de filtrar información clasificada, aunque el Departamento de Justicia desestimó la demanda en 2021.
Trump, quien en enero de 2025 revocó el acceso a inteligencia y la protección del Servicio Secreto a Bolton, se desvinculó de la operación del FBI pero reafirmó su autoridad: “Podría haberlo iniciado. Soy el principal oficial de cumplimiento de la ley”, declaró a periodistas.
Mensajes en redes sociales de aliados trumpistas como Steve Bannon (“Finalmente: Nadie está por encima de la ley”) y Roger Stone —quien comparó la redada con la que él sufrió en 2019— contrastaron con críticas de figuras como Bernie Sanders: “La gente puede criticar al presidente sin que el FBI aparezca en su puerta. Es otro paso en la marcha de Trump hacia el autoritarismo”.
El director del FBI, Kash Patel, cercano a Trump, publicó durante la redada: “NADIE está por encima de la ley… Agentes del FBI en misión”.
Expertos jurídicos como Andy McCarthy de Fox News calificaron la acción como un “desarrollo muy triste”, señalando que la disputa por el libro era “historia antigua” y cuestionando el timing político.
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Norm Eisen, exembajador y abogado de impugnación, tachó el operativo de “acto obvio de intimidación” que socava el derecho a disentir.
La investigación, según fuentes, habría sido reactivada tras hallarse nuevas evidencias sobre manejo de información clasificada, aunque no se han revelado detalles concretos.
Bolton, por ahora, no ha sido detenido ni imputado, pero el caso refleja la profunda polarización que permea las instituciones estadounidenses, donde la justicia y la política se entrelazan en un delicado equilibrio entre seguridad nacional y libertad de expresión.