La venta por 14,000 millones de dólares sorprendió al mundo considerando la vasta base de usuarios y los ingresos publicitarios de TikTok en Estados Unidos, que alcanza los 170 millones de usuarios. CORTESIA: Freepik
La escandalosa transacción se encuentra bajo la lupa por sus tendencia política
En un movimiento que redefine el panorama de las redes sociales y la geopolítica tecnológica, el presidente Donald Trump ha promulgado una orden ejecutiva que despeja el camino para la venta de las operaciones estadounidenses de TikTok por 14,000 millones de dólares a un consorcio de inversores nacionales.
Aunque la administración enmarca esta medida como una solución de seguridad nacional, analistas y expertos en política señalan que la inusualmente baja valoración y la alineación política de los compradores plantean una cuestión fundamental: quiénes son los beneficiarios de esta venta forzada.
Bajo los términos propuestos, el negocio de TikTok en Estados Unidos se escindirá en una nueva empresa conjunta.
Oracle, Silver Lake y otros inversores estadounidenses poseerán una participación del 80%, mientras que ByteDance, la matriz china, retendrá justo por debajo del 20%, el máximo permitido por la ley estadounidense.
A pesar de ceder el control, se espera que ByteDance reciba hasta el 50% de las ganancias de la nueva compañía a través de acuerdos de licencias y reparto de beneficios, una estructura que ha generado escepticismo entre los observadores.
La valoración de 14,000 millones de dólares sorprendió al mundo tecnológico, especialmente considerando la vasta base de usuarios y los ingresos publicitarios de TikTok en Estados Unidos, que alcanza los 170 millones de usuarios.
Esta cifra palidece al compararse con los 44,000 millones que Elon Musk pagó por Twitter en 2022 o los más de 50,000 millones que Microsoft estaba dispuesto a ofrecer por TikTok en 2020, período durante el cual la plataforma duplicó su base de usuarios.
Milton Mueller, profesor del Instituto de Tecnología de Georgia, dijo que “esta no fue una transacción justa de mercado”, sino una “reestructuración determinada políticamente” donde ByteDance mantiene un interés financiero, pero no el control estratégico.
Los participantes en la operación incluyen varios destacados simpatizantes de Trump, como el cofundador de Oracle, Larry Ellison; Rupert Murdoch y su hijo Lachlan de Fox Corporation; y Michael Dell, fundador de Dell Technologies.
En la ceremonia de firma, el propio presidente abordó las preocupaciones sobre una posible inclinación política de la plataforma, declarando: “Si pudiera, lo haría 100% relacionado con MAGA… Pero no va a ser así… cada filosofía, cada política, será tratada con mucha equidad”.
Mientras TikTok evade la amenaza de una prohibición nacional, los 170 millones de usuarios estadounidenses podrían no estar usando la misma plataforma que conocen.
Según se ha informado, ingenieros de ByteDance han estado trabajando en duplicar el código base y el algoritmo central para crear una aplicación exclusiva para Estados Unidos, alojada y desarrollada completamente dentro del territorio nacional.
Natalie Kerby, investigadora de AI Forensics, advirtió sobre el riesgo de que este cambio genere un suministro de contenido más aislado y manipulable, con mayor probabilidad de que se propaguen la desinformación y la propaganda.
Aunque la Casa Blanca afirma que la nueva empresa conjunta operará el algoritmo “reentrenado” con supervisión de Oracle, Jim Secreto, exfuncionario del Departamento del Tesoro, calificó el acuerdo de Trump como “una solución cosmética que intercambia seguridad a largo plazo por óptica a corto plazo”, beneficiando en última instancia a ByteDance al permitirle seguir licenciando su tecnología.
En este complejo escenario, los mayores ganadores parecen ser, por ahora, los inversores estadounidenses que aseguraron el control de una de las plataformas digitales más influyentes con un descuento considerable.
Su valor es incuestionable: según el Centro de Investigaciones Pew, el 43% de los adultos estadounidenses menores de 30 años se informa regularmente a través de TikTok, más que en cualquier otra red social o medio tradicional.
Como bien resumió el estratega Grant Cardone, “TikTok posee el bien inmueble más valioso del planeta en este momento: la atención de las personas; no es solo una plataforma de redes sociales; es una máquina de publicidad y comercio electrónico global en ciernes”.