La líder MAGA se encuentra entre los firmantes para liberar archivos de Epstein, por lo que ha recibido presiones de sus correligionarios. Foto: Cortesía /
En un contexto de cierre gubernamental que ya cumple nueve días, un enfrentamiento político adicional se desarrolla en el Capitolio, donde la congresista demócrata electa Adelita Grijalva espera para ser juramentada, un acto que podría desbloquear una votación sobre los archivos de Jeffrey Epstein que ha generado una inusual división entre los republicanos.
La representante Marjorie Taylor-Greene, republicana por Georgia, ha expresado abiertamente sus temores por la presión que recibe debido a su postura a favor de la liberación de los documentos del caso Epstein.
“Genuinamente no entiendo por qué ha habido algún esfuerzo para ocultar esto e impedir que salga a la luz. Pero debido a los esfuerzos durante años para ocultarlo, ciertamente te hace sentir miedo cuando eres una de las que está realmente en primera línea”, declaró Greene en una entrevista con CNN.
Sus comentarios surgieron después de que sugiriera en una red social que podría ser asesinada por su apoyo a la divulgación de la información, lo que generó una agria disputa pública con el senador Ted Cruz.
El centro de este forcejeo político es la congresista demócrata Adelita Grijalva, elegida hace más de dos semanas en una elección especial para representar a un distrito de Arizona.
Aunque su nombre ya está en la puerta de su oficina, las puertas permanecen cerradas con llave, ya que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se ha negado a darle el juramento del cargo.
Johnson justifica esta decisión argumentando que la Cámara no está en sesión legislativa debido al cierre del gobierno y que Grijalva será juramentada “tan pronto como volvamos al trabajo”, condicionándolo a que se restablezca el financiamiento federal.
Sin embargo, esta explicación ha sido cuestionada, ya que el propio Johnson juramentó a dos republicanos electos en Florida durante sesiones “pro forma” similares a las que se realizan actualmente.
La demora en la juramentación de Grijalva tiene una trascendencia que va más allá de su puesto, pues una petición de descargo bipartidista, impulsada por el republicano Thomas Massie y el demócrata Ro Khanna, que busca forzar un voto en el pleno de la Cámara sobre la liberación de documentos relacionados con Jeffrey Epstein, ha reunido doscientas diecisiete firmas.
La firma de Adelita Grijalva sería la número doscientas dieciocho, la última necesaria para que la petición tenga éxito y obligue a la votación.
Esta situación ha llevado a Grijalva a afirmar: “No se me ocurre ninguna otra razón. No es como que mi juramentación vaya a cambiar la mayoría”.
Mientras el expresidente Donald Trump ha tildado el asunto de Epstein como un “engaño demócrata”, un pequeño grupo de republicanos, incluidos Greene, Lauren Boebert y Nancy Mace, se han mantenido firmes en su apoyo a la petición, desafiando la presión de la Casa Blanca.
Greene también ha mostrado su desacuerdo con la estrategia de su partido respecto al cierre, afirmando que Johnson “debería traer la Cámara de vuelta a sesión” y calificando las consecuencias políticas del cierre como “terribles”.
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Mientras tanto, los demócratas, como los senadores de Arizona Mark Kelly y Rubén Gallego, han acusado a Johnson de realizar un “acto publicitario” y de estar llevando a cabo un “encubrimiento de Epstein”, acusaciones que el presidente de la Cámara ha tachado de “totalmente absurdas”.
Así, la juramentación de una sola representante se ha convertido en la llave que podría destrabar no solo una votación de alto perfil, sino también una profunda grieta en el partido que ostenta la mayoría en la Cámara.