John Bolton y su defensa han rechazado frontalmente las acusaciones, calificándolas como una “instrumentalización” del Departamento de Justicia por parte de Donald Trump. CORTESIA: The White House / Facebook
La acusación contra el ex asesor de seguridad de Trump, evidencia tensión política
El exasesor de Seguridad Nacional John Bolton se declaró “no culpable” ante un tribunal federal de Greenbelt, Maryland, este viernes 17 de octubre, un día después de que un gran jurado lo imputara por 18 cargos relacionados con el manejo indebido de información clasificada.
Vestido con un traje azul oscuro y corbata roja, Bolton pronunció ante el juez Timothy Sullivan las palabras “Inocente, su señoría”, tras lo cual fue liberado bajo su propia responsabilidad; la próxima audiencia fue fijada para el 21 de noviembre.
La acusación, que incluye ocho cargos por transmitir información de defensa nacional y diez por retenerla, podría acarrearle penas máximas de diez años de prisión por cada uno.
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Los fiscales alegan que Bolton, durante su etapa como asesor de Seguridad Nacional entre 2018 y 2019, redactaba resúmenes diarios de sus actividades en forma de “entradas de diario” que contenían información clasificada como “Alto Secreto”.
Según la acusación, compartió más de 1,000 páginas de estas notas con dos familiares –identificados por fuentes cercanas al caso como su esposa e hija– a través de una cuenta personal de correo electrónico en AOL, con la intención de utilizarlas para un libro de memorias.
Los documentos incluían inteligencia sobre planes de ataques de adversarios extranjeros, métodos de recolección de información y detalles de conversaciones con líderes internacionales .
Un elemento crítico del caso es la vulneración de su cuenta de correo personal, que según la investigación fue pirateada por actores cibernéticos asociados con el gobierno de Irán, lo que expuso la información clasificada.
Si bien un representante de Bolton notificó el hackeo al FBI en 2021, no reveló que la cuenta contenía secretos gubernamentales, un detalle que la fiscalía considera crucial.
La investigación, que se extendió por más de tres años, incluyó el registro de su residencia en Bethesda y su oficina en Washington el pasado agosto, donde se incautaron documentos con marcas clasificadas.
Bolton y su defensa han rechazado frontalmente las acusaciones, calificándolas como una “instrumentalización” del Departamento de Justicia por parte de Donald Trump.
“Me he convertido en el último objetivo en el uso del Departamento de Justicia como arma para acusar a quienes él considera sus enemigos”, declaró Bolton en un comunicado.
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Su abogado, Abbe Lowell, sostuvo que los hechos “se investigaron y resolvieron hace años”, argumentando que “llevar diarios no es un delito” y que la información compartida con su familia inmediata no estaba clasificada.
Este caso se enmarca en un contexto político altamente polarizado, donde Bolton es el tercer crítico de Trump en ser imputado en menos de un mes, tras los procesos contra el exdirector del FBI James Comey y la fiscal de Nueva York Letitia James.
No obstante, a diferencia de aquellos, la acusación contra Bolton fue firmada por fiscales de carrera especializados en seguridad nacional, lo que podría diferenciar su trajectoria legal.
Mientras la Fiscal General Pam Bondi afirmó que “hay un solo nivel de justicia para todos los estadounidenses” , el proceso se anticipa largo y complejo debido al volumen de evidencia clasificada.