Jeffrey Epstein acompañado de varias chicas, en una de las fotos reveladas éste jueves por los demócratas del Comité de Supervisión. CORTESIA: House Oversight
Sale a la luz escandaloso artículo periodístico y nuevo lote de reveladoras fotos
La publicación de una investigación del New York Times y un nuevo lote de fotografías del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes intensifican la presión sobre la administración Trump en vísperas del plazo fatal para liberar los archivos federales sobre el fallecido pederasta Jeffrey Epstein.
Este viernes 19 de diciembre vence el plazo legal establecido por la Ley de Transparencia de los Archivos Epstein, firmada por el propio presidente el pasado noviembre y la expectativa por la revelación de cientos de miles de documentos choca con el escepticismo público y una batalla política de alto voltaje.
El Times reveló nuevos testimonios que detallan una relación entre Epstein y Trump mucho más estrecha de lo que el presidente ha admitido públicamente, pues según una exasistente, Epstein llamaba a Trump tarde por la noche y ponía en altavoz conversaciones explícitas sobre la vida sexual del entonces empresario.
Te puede interesar: Renuncia Dan Bongino, el subdirector del FBI
En una instancia particularmente gráfica, los dos hombres “discutieron cuánto vello púbico tenía una mujer en particular, y si era suficiente para que el Sr. Epstein lo usara como hilo dental”.
Epstein se presentaba regularmente como “el mejor amigo de Don”, una afirmación que contradice la insistencia de Trump de que era un mero conocido.
Paralelamente, los demócratas del Comité de Supervisión liberaron 68 nuevas fotografías del patrimonio de Epstein, un día antes del plazo del Departamento de Justicia.
Las imágenes incluyen pasaportes de mujeres, mensajes de texto “preocupantes” sobre el reclutamiento de una joven de dieciocho años desde Rusia y frases de la novela “Lolita” escritas sobre el cuerpo de una persona.
También aparecen figuras como Steve Bannon, Bill Gates y Noam Chomsky, aunque su presencia no implica irregularidad alguna; el representante Robert García defendió la publicación argumentando que buscan “proporcionar transparencia al pueblo estadounidense”.
La Casa Blanca y los republicanos acusan a los demócratas de seleccionar las fotos de manera tendenciosa para crear una “falsa narrativa” que avergüence al presidente.
Este intercambio ocurre mientras el Departamento de Justicia, dirigido por la fiscal general Pam Bondi, debería estarse preparando para una divulgación masiva sin precedentes.
La ley prohíbe retener documentos para evitar “vergüenza, daño a la reputación o sensibilidad política” de figuras públicas, permitiendo solo redacciones muy limitadas.
Pero la administración Trump ha guardado silencio sobre su progreso, lo que ha generado temores de que intente eludir el mandato legal argumentando investigaciones en curso.
En medio de esta expectativa, Ghislaine Maxwell, cómplice de Epstein, presentó una petición de hábeas corpus para anular su condena, asegurando que no recibió un juicio justo y califica el proceso de “completa injusticia”.
Su estrategia legal, presentada por ella misma sin abogados, podría aprovechar las declaraciones de Trump, quien ha tildado repetidamente las investigaciones de Epstein de “engaño”.
Expertos señalan que este lenguaje presidencial podría socavar el sistema judicial y ofrecer argumentos a los acusados.
La desconfianza pública es palpable y una encuesta de Reuters/Ipsos revela que solo el veintitrés por ciento de los estadounidenses aprueba el manejo del escándalo por parte de Trump, mientras que el setenta por ciento cree que el gobierno oculta información sobre otros involucrados.
¡Únete a nuestro canal de WhatsApp! Entérate primero que nadie de las noticias
Notablemente, este escepticismo cruza líneas partidistas: el cincuenta y seis por ciento de los republicanos cree que se oculta información sobre la muerte de Epstein.
Estos datos reflejan una crisis de credibilidad en la Administración Trump, que trasciende el debate político habitual.
La liberación de los archivos este viernes representa un punto de inflexión crucial. Su contenido podría arrojar nueva luz sobre la red de Epstein y cómo evadió la justicia durante décadas, pero también podría no satisfacer las expectativas de revelaciones explosivas.
El incumplimiento del plazo, sin embargo, desataría sin duda una tormenta política y aumentaría las ya de por sí crecientes acusaciones de encubrimiento.
La saga de Epstein, un caso que ha cautivado y horrorizado al público por igual, pone a prueba los principios de transparencia, rendición de cuentas y el estado de derecho en la democracia estadounidense.
