El manuscrito atribuido a Jeffrey Epstein y dirigida a Larry Nassar, el exmédico del equipo olímpico de gimnasia convicto por abuso sexual, señala a Donald Trump. CORTESIA: Department of Justice
Los archivos de Epstein recientemente liberados revelan una carta perturbadora dirigida a un médico convicto y nuevos detalles sobre los viajes aéreos de Donald Trump con el financiero, en medio de una creciente crisis política por la publicación parcial de los documentos.
El Departamento de Justicia publicó un nuevo lote de miles de páginas que incluye estas menciones, mientras enfrenta acusaciones de no cumplir con la ley de transparencia que él mismo promulgó.
Entre los documentos más impactantes se encuentra una nota manuscrita atribuida a Jeffrey Epstein y dirigida a Larry Nassar, el exmédico del equipo olímpico de gimnasia convicto por abuso sexual.
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La carta, con matasellos de agosto de 2019, contiene una burda referencia al entonces presidente Donald Trump y afirma que “nuestro presidente también comparte nuestro amor por las chicas jóvenes y núbiles”.
Las autoridades no han acusado a Trump de ningún delito en relación con Epstein, y el Departamento de Justicia calificó algunas afirmaciones de los archivos como “falsas y sensacionalistas”.
La autenticidad de la misiva está en duda, pues presenta anomalías que los medios de comunicación nacionales no han podido verificar.
El sobre tiene matasellos de Virginia, no de Nueva York donde Epstein estaba preso, y carece del número de recluso requerido. Un documento adjunto indica que el FBI solicitó un análisis caligráfico, pero los resultados no se hicieron públicos.
La carta fue devuelta al centro de detención como “imposible de entregar” tras la muerte de Epstein.
Paralelamente, un correo electrónico de un fiscal federal adjunto de 2020 revela que Donald Trump “viajó en el jet privado de Epstein muchas más veces de lo que se había informado”.
Según registros de vuelo, Trump fue pasajero en “al menos ocho vuelos entre 1993 y 1996”, en uno de ellos, en 1993, los únicos pasajeros registrados eran Epstein y Trump; en otro, viajaban ambos y una persona que entonces tenía 20 años.
El Departamento de Justicia respondió a estas revelaciones con un comunicado en la red social X; reconoció que algunos archivos contienen “afirmaciones falsas y sensacionalistas” contra el presidente.
Aseguró que, de tener “una pizca de credibilidad”, ya se habrían usado en su contra, y justificó la publicación por compromiso con “la ley y la transparencia”.
La Casa Blanca remitió todas las preguntas sobre el contenido a esta declaración del Departamento de Justicia.
En el Capitolio, la publicación incompleta ha generado una tormenta política; el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, anunció que presentará una resolución para emprender acciones legales contra el Departamento de Justicia.
Acusó al departamento de “violar la ley” al retener evidencias y ofrecer solo redacciones, en lugar de los cientos de miles de documentos prometidos.
El representante Thomas Massie, republicano coautor de la ley de transparencia, también criticó la gestión, afirmando que el Departamento “no estaba cumpliendo con la ley”.
Frente a las fotografías suyas que circularon en el lote inicial, el expresidente Bill Clinton reaccionó a través de su portavoz, Angel Ureña.
Exigió que el fiscal general Pam Bondi libere “inmediatamente” todos los materiales que mencionen o muestren a Clinton, insistiendo en que no tiene “nada que esconder” y esta demanda contrasta con la postura pública del presidente Trump, quien expresó simpatía por su predecesor.
Recientemente Donald Trump se refirió al caso en Mar-a-Lago, calificando la divulgación como una distracción de sus logros.
“Todos eran amigos de este tipo”, declaró sobre Epstein, argumentando que se arruinan reputaciones al publicar fotos de personas que solo coincidieron con él en eventos sociales.
Sobre Clinton, dijo: “Siempre me he llevado bien con Bill Clinton… Odio ver que salgan fotos de él”.
La publicación se realiza bajo la Ley de Transparencia de los Archivos Epstein, que Trump firmó el 19 de noviembre y otorgaba al Departamento de Justicia 30 días para hacer públicos todos los registros no clasificados, permitiendo redacciones para proteger a las víctimas.
Sin embargo, el incumplimiento del plazo del 19 de diciembre y el alto nivel de censura han provocado indignación.
Un grupo de sobrevivientes de Epstein denunció en una carta que el público recibió “una fracción de los archivos”, con redacciones “anormales y extremas”.
La congresista electa Adelita Grijalva añadió anteriormente otra capa de controversia, calificando el retraso en su juramento como parte de un “encubrimiento de Epstein”.
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Los congresistas Ro Khanna y Thomas Massie han discutido abiertamente la posibilidad de un “desacato inherente” o acciones contra la fiscal general Bondi y el fiscal general adjunto Todd Blanche por el incumplimiento de la ley, aunque estas declaraciones específicas no están detalladas en los últimos documentos liberados.
Este episodio consolida la sombra de Epstein como una crisis persistente que tensiona las instituciones estadounidenses, enfrentando la demanda de transparencia con los límites de la rendición de cuentas política y legal.
DOJ afirma que carta es falsa
En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, el Departamento de Justicia (DOJ) declaró que la carta es falsa, pues lograron corroborar algunos datos como que la letra no corresponde a la de Jeffrey Epstein, fue sellada tres días después de la muerte de Epstein, entre otras señales.
