Es imposible ignorar la sensación de que Avatar 3 abre más puertas de las que cierra y deja varias interrogantes en el aire. CORTESIA: 20th Century Studios
Avatar 3 nos presenta un nuevo capítulo que amplía el mundo mágico de Pandora, cambia el tono de su relato y deja en claro que la saga todavía tiene mucho que ofrecer.
James Cameron apuesta por una narrativa más centrada en las emociones y los conflictos internos que en la acción constante; sin embargo, esto no significa que deje de sorprender con su despliegue visual ni con un cierre mucho más épico, uno que rompe con las tradiciones ancestrales establecidas hasta ahora.
Recordemos que Jake Sully y Neytiri, interpretados por Sam Worthington y Zoe Saldaña, nos han llevado de la mano a lo largo de las tres entregas, enfrentando decisiones complejas y profundamente personales que han afectado el futuro de varias tribus.
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En esta nueva película, Cameron introduce además a una villana llamada Varang, quien destaca por su poder físico y por dominar a una tribu proveniente de una región cubierta de fuego y cenizas.
Ella no es una antagonista tradicional: pertenece a un clan mucho más agresivo y menos espiritual, cuya visión del mundo nace del conflicto, la supervivencia y la confrontación directa.
Su presencia añade una tensión interna entre los propios na’vi y rompe el paradigma de que Pandora sea un frente unido ante la invasión humana. Ahora se presenta como un territorio dividido, donde también existen la ambición y la lucha por el poder.
Como dato curioso, Varang es interpretada por Oona Chaplin, descendiente de Charles Chaplin, lo que aporta un simbolismo interesante a la construcción del personaje; su interpretación crea una atmósfera más dramática y conflictiva, elevando el enfrentamiento a un terreno mucho más humano.
Avatar 3 cuenta con una duración aproximada de tres horas con quince minutos, y los efectos visuales siguen siendo uno de sus mayores atractivos.
Cameron vuelve a apoyarse en nuevas tecnologías para sorprender a su público y ha decidido que la cinta se exhiba en salas capaces de ofrecer la mejor calidad de sonido y una experiencia 3D óptima, ideal para apreciar los paisajes espectaculares de Pandora.
Por otro lado, es imposible ignorar la sensación de que Avatar 3 abre más puertas de las que cierra y deja varias interrogantes en el aire.
El propio James Cameron ha confirmado que Avatar 4 y Avatar 5 incluirán un salto temporal importante, en el que no todos los personajes continuarán formando parte de la historia y bajo este contexto, esta tercera entrega no se percibe como un final definitivo, sino como una transición que, de forma inteligente, deja al espectador con ganas de conocer el futuro de Pandora.
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Cameron no suele filmar finales cerrados, sino momentos de pausa antes del salto hacia lo desconocido, una idea que ya estaba presente en Terminator, donde la historia nunca fue realmente sobre robots del futuro, sino sobre lo que el ser humano estaba dispuesto a perder al desarrollar ciertas tecnologías.
Tal vez Avatar 3 también nos recuerde que el cine puede ser un acto de contemplación y un ejercicio de fe en aquello que aún no conocemos.
