Aunque los daños por las recientes inundaciones superan los 30 millones de dólares, incluyendo la destrucción de viviendas e infraestructura pública vital y pese a esta evaluación, FEMA concluyó que el impacto no excedía la capacidad local y estatal. CORTESIA: Arizona Department of Forestry and Fire Management / Facebook
Gobernadora Katie Hobbs condena la negativa e inicia proceso de apelación
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) denegó la declaración de desastre mayor solicitada por Arizona para los condados de Gila y Mohave, esta decisión deja sin acceso a fondos federales críticos a comunidades afectadas por inundaciones históricas en septiembre.
Los daños preliminares superan los treinta millones de dólares, incluyendo la destrucción de viviendas e infraestructura pública vital y pese a esta evaluación, FEMA concluyó que el impacto no excedía la capacidad local y estatal.
“El pueblo de Gila y Mohave fue devastado por las inundaciones”, declaró la gobernadora Katie Hobbs y añadió que “ahora se les ha negado el apoyo federal con poca explicación”.
La gobernadora calificó la decisión como “temeraria” y afirmó que la administración federal “está dejando a los arizonenses a su suerte”; el estado presentará una apelación formal dentro del plazo de treinta días que permite la regulación federal.
La negativa se produce en un contexto de tensión entre la administración Trump y varios estados, particularmente aquellos con gobiernos demócratas.
Previamente, Hobbs había advertido sobre los riesgos de desmantelar FEMA, una idea sugerida por funcionarios federales; en una carta a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, la gobernadora tachó esos planes de “alarmantes y peligrosos”.
“Terminar con FEMA sería un abandono catastrófico de la responsabilidad federal”, escribió Hobbs, subrayando la dependencia de Arizona ante desastres climáticos cada vez más severos; la gobernadora propuso reformas para agilizar la agencia, no para destruirla, pidiendo herramientas más flexibles y predecibles.
La frustración es palpable entre los líderes locales directamente afectados: “Estas inundaciones causaron daños históricos y sin precedentes”, dijo el alcalde de Globe, Al Gameros.
Su comunidad, al igual que la vecina Miami, reportó la muerte de tres residentes y la destrucción de su centro histórico; el alcalde de Miami, Gil Madrid, calificó el rechazo de FEMA como “un revés frustrante que tendrá un impacto real”.
Un informe de daños conjunto detalló que 312 viviendas sufrieron perjuicios, con 64 de ellas destruidas por completo.
Este caso no es aislado, sino parte de una política federal más amplia de restricción de fondos para desastres; recientemente, un juez federal ordenó restituir miles de millones retenidos de un programa clave de mitigación de FEMA.
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La demanda fue presentada por veintidós estados y el Distrito de Columbia, argumentando que la retención era ilegal; el fallo judicial representa un desafío a los esfuerzos de la administración por reducir el alcance y los recursos de la agencia.
Mientras Arizona prepara su apelación, la gobernadora Hobbs reitera su compromiso de luchar por los recursos y el estado continúa colaborando con la delegación congresional para presionar por la asistencia federal que las comunidades necesitan para recuperarse.
La decisión llega en plena temporada festiva, aumentando la angustia de familias y gobiernos locales que operan con recursos limitados; el administrador del condado Mohave, Sam Elters, expresó su total apoyo a los esfuerzos de la gobernadora para conseguir la ayuda.











