Camina o Muere (The Long Walk), donde el morbo normaliza la violencia
A finales de los años 60’s el novelista Stephen King, escribió una de sus primeras novelas a la edad de 18 años mientras que cursaba la universidad, al paso de los años King se convirtió en uno de los novelistas más reconocidos dentro del género de terror.
Su novela Camina o Muere (The Long Walk), duro mucho tiempo guardada en su escritorio hasta que logro publicarla en la época de los 70’s donde decidió utilizar un seudónimo para ocultar su identidad a manera de experimento (Richard Bachman).
Pero más allá de la expectativa comercial o del morbo de ver en pantalla una de sus historias más controversiales, la película plantea un terreno inquietante: cómo la ficción puede convertirse en un laboratorio psicológico donde la violencia no solo se observa, sino que se normaliza.
En esta cinta un grupo de adolescentes son reclutados para participar en una competencia organizada por un régimen autoritario y las reglas son muy simples: deberán caminar sin detenerse manteniendo un paso mínimo constante.
Aquel que disminuya la velocidad o se detenga recibirá una advertencia; a la tercera, serán ejecutados, pero en esta competencia no existe una meta y solo uno de los participantes sobrevivirá.
El punto más perturbador es que muchos de los jóvenes que forman parte de esta competencia no fueron obligados a participar en ella, fue decisión propia tras ser seducidos por la promesa de riqueza, fama o una salida a su pobreza.
La verdad es que esta competencia es disfrazarse de un sistema, en el que un gobierno opresor seduce a estos jóvenes para que acepten las reglas del juego sabiendo que los conducen al sacrificio.
La película coloca al espectador en la mirada de los caminantes, nos obliga a convivir con su dolor, y poco a poco normaliza la idea de que la muerte no es un acontecimiento, sino parte de las reglas del juego.
En esta historia no veremos monstruos sobrenaturales ni demonios ocultos: el verdadero villano de la película es la indiferencia, y esa capacidad humana de aceptar lo inaceptable que por desgracia se convierte en espectáculo ¿Hasta qué punto seguimos siendo sensibles al dolor ajeno?
Camina o Muere muestra esa radiografía incomoda de la mente humana frente a la barbarie y podríamos deducir que tal vez esa fue la razón por la cual, esta novela fue escrita hace medio siglo utilizando un nombre falso.