El gobierno municipal de Nueva York ha despedido a 1.430 empleados que se han negado a vacunarse contra el covid-19, tras haber agotado todos los plazos y prórrogas ofrecidos durante varios meses, según las cifras ofrecidas por el consistorio municipal.
Es solo una pequeña parte, inferior al 1%, de la enorme plantilla municipal de 370.000 trabajadores, que convierten al gobierno de la ciudad en el principal empleador del estado.
De los despedidos, una parte importante (914) pertenece al Departamento de Educación, que gestiona todas las escuelas públicas de Nueva York y que son el lugar donde aún se mantiene, por ejemplo, la obligatoriedad de la mascarilla facial, una obligación ya levantada para el resto de lugares cerrados desde la pasada semana.
El gobierno municipal impuso las vacunas a todos sus empleados el pasado 21 de julio, y dio una moratoria (sin empleo ni sueldo) a los anti-vacunas que ha ido extendiendo
en varias ocasiones hasta que la última expiró el pasado viernes.
De los últimos 3.000 más recalcitrantes, un 40 % cedieron y
aceptaron inocularse la vacuna en las últimas semanas para no perder sus empleos.
En paralelo, el Alcalde Eric Adams ha vuelto a renovar el incentivo de 100 dólares
a todos aquellos ciudadanos -empleados municipales o no- que acudan
a ponerse la tercera dosis de refuerzo, una paga que fue instituida por su antecesor,
Bill de Blasio y que estuvo vigente hasta fin de año; la nueva paga se podrá cobrar durante el mes de febrero.
Nueva York tiene una de las tasas más altas de vacunación de todo el país,
con un 95 % de adultos que tienen al menos una dosis, lo que no impidió que durante las fechas
navideñas la ciudad alcanzase unos picos de contagio de la variante
ómicron que llegaron a sumar hasta 85.000 nuevos casos en un solo día.