La crisis en Arizona ocurre mientras la red eléctrica nacional enfrenta presiones sin precedentes. CORTESIA: Freepik
Crisis de temperaturas extremas y pobreza energética, bajo nuevas políticas
Arizona enfrenta una crisis de calor extremo y pobreza energética que se ha intensificado bajo las políticas de la administración federal, resultando en muertes prevenibles y dificultades económicas para las familias más vulnerables.
Frente a esta crisis, la gobernadora Katie Hobbs ha tomado medidas decisivas mediante la Orden Ejecutiva 2025-13, que establece el Grupo de Trabajo de la Promesa Energética de Arizona para facilitar el crecimiento a gran escala mientras previene aumentos significativos en los costos energéticos de los residentes. Esta iniciativa busca abordar directamente la asequibilidad energética para las comunidades más afectadas por el calor extremo.
El estado, que ya tiene la duodécima tasa de pobreza más alta de Estados Unidos, lidia con temperaturas que alcanzan los 46 grados centígrados, creando condiciones peligrosas especialmente para aquellos sin acceso adecuado a aire acondicionado.
La situación se ha agravado por las recientes decisiones políticas que han eliminado programas de asistencia energética y revertido incentivos para energías renovables. El crédito fiscal federal para paneles solares incluido en la Ley de Reducción de la Inflación de Biden termina en diciembre, una década antes de lo planeado, gracias a la legislación promovida por Trump. Según análisis de Energy Innovation, esto provocará que las facturas eléctricas residenciales en Arizona aumenten en 220 dólares en promedio para 2035.
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La crisis ha tenido consecuencias mortales. Richard Chamblee, de 52 años, falleció en Bullhead City cuando su aire acondicionado se descompuso y su familia no pudo costear su reparación inmediata. Su caso ilustra la vulnerabilidad de muchos residentes: el 70% de las muertes por calor en interiores en el condado de Maricopa ocurrieron cuando el aire acondicionado estaba averiado, mientras que el 10% de las víctimas no tenía electricidad para operar incluso un ventilador.
La pobreza energética afecta a uno de cada tres hogares estadounidenses, según un estudio reciente. En Arizona, el 19.1% de los niños vive en pobreza, y muchas familias deben elegir entre pagar facturas energéticas y cubrir necesidades básicas como alimentación o medicinas.
Organizaciones como Wildfire ofrecen asistencia a través del Fondo de Asistencia de Energía para el Hogar, que ayuda a familias de bajos ingresos a cubrir costos de calefacción, refrigeración y reparación de electrodomésticos. Kelly McGowan, directora ejecutiva de Wildfire, señaló: “Demasiados arizonenses se ven forzados a elegir entre pagar sus facturas de energía y cubrir otros esenciales como comida y medicina”.
La crisis en Arizona ocurre mientras la red eléctrica nacional enfrenta presiones sin precedentes. La demanda de electricidad está aumentando impulsada por centros de datos de inteligencia artificial, vehículos eléctricos y eventos de calor extremo. Al mismo tiempo, se están retirando plantas de energía confiables, creando un déficit entre la oferta y la demanda.
Expertos advierten que la situación podría empeorar. Eric Klinenberg, autor de “Heat Wave: A Social Autopsy of Disaster in Chicago”, señaló: “No solo estamos fallando en proteger a las personas vulnerables, sino que activamente estamos haciendo la vida aquí más precaria”.
Mientras Arizona enfrenta estos desafíos, la implementación de la Orden Ejecutiva de la gobernadora Hobbs representa un esfuerzo crucial para desarrollar soluciones accesibles y políticas energéticas balanceadas que prevengan más tragedias relacionadas con el calor y aseguren la estabilidad económica de las familias más vulnerables del estado.