La Fiscalía General de Justicia en Sonora confirmó que Eleazar Pulido Landeros, el “Delta 10”, fue víctima de un grupo criminal rival. Foto: Cortesía / FGJE Sonora
Eleazar Pulido Landeros, conocido por su alias “Delta 10”, un objetivo binacional prioritario en Sonora y en Estados Unidos , sobre quien pesaban órdenes de aprehensión vigentes, fue encontrado sin vida en Pitiquito.
La Fiscalía General de Justicia en Sonora (FGJE) confirmó que Pulido Landeros fue víctima de un grupo criminal rival, un desenlace que subraya la persistente y cruda violencia que azota el estado de Sonora, particularmente en la zona del desierto.
“Este hecho marca la desarticulación definitiva de la organización criminal “Los Deltas”, un logro significativo atribuido al trabajo coordinado desde el Gabinete de Seguridad de Sonora, con la colaboración de autoridades nacionales y de Estados Unidos de América”, expresó la FGJE en un comunicado.
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De igual manera, informaron que, con la muerte de “Delta 10”, prácticamente todos los integrantes de “Los Deltas” han sido detenidos o neutralizados.
La situación de seguridad en Sonora ha estado marcada en los últimos años por una intensa disputa entre grupos criminales que buscan controlar las lucrativas rutas de tráfico ilegal, especialmente de drogas como el fentanilo, y de migrantes hacia Estados Unidos.
La ubicación estratégica de Sonora, que comparte una extensa frontera con Arizona, la convierte en un corredor vital para estas actividades ilícitas.
Esta pugna territorial ha disparado los índices de violencia en diversas regiones del estado, incluyendo enfrentamientos armados, secuestros, extorsiones y homicidios, afectando gravemente la percepción de seguridad y la vida cotidiana de sus habitantes.
Si bien hay esfuerzos por reducir la percepción de inseguridad en ciudades como Hermosillo, la realidad en zonas como el desierto sigue siendo desafiante.
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La neutralización de figuras como “Delta 10” y la desarticulación de grupos como “Los Deltas” son presentadas por las autoridades como avances cruciales en la estrategia para contener la violencia.
Sin embargo, el panorama general en Sonora sigue siendo complejo, con la constante reorganización de las estructuras criminales y la emergencia de nuevas facciones que buscan llenar los vacíos de poder, manteniendo la tensión en la entidad.
La muerte de “Delta 10”, si bien celebra un objetivo cumplido para las fuerzas de seguridad, también es un recordatorio de la brutalidad inherente a la lucha por el control en la región.
