Ciudadano, residente, turista y periodista, son algunos de los detenidos por evidente perfil racial de ICE en Estados Unidos durante esta administración.
Bajo la política migratoria de la administración Trump, en éste momento hay cuatro casos emblemáticos revelan cómo personas con estatus legal documentado han sido blanco de detenciones arbitrarias, mientras la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, insiste en negar prácticas de perfil racial a pesar de evidencias crecientes y contradicciones internas dentro de su propio departamento.
George Retes, ciudadano estadounidense de 25 años y veterano del Ejército que sirvió en Irak, fue detenido durante un operativo en una granja de Camarillo, California.
Según su testimonio, agentes federales rompieron la ventana de su vehículo, lo rociaron con gas pimienta y lo arrastraron fuera del auto a pesar de identificarse como ciudadano.
“Tomaron dos oficiales para inmovilizar mi espalda y otro en mi cuello para arrestarme aunque ya tenía las manos atrás”, declaró.
Retes permaneció tres días en el Centro Metropolitano de Detención de Los Ángeles sin acceso a abogados, sin cargos formales y sin posibilidad de comunicarse con su familia, lo que le hizo perder el cumpleaños de su hija de tres años.
La Secretaría de Seguridad Nacional confirmó su arresto pero no especificó los motivos, señalando que la fiscalía revisaba su caso “para posibles cargos federales” relacionados con la redada.
En paralelo, Carlos Martín González, mexicano de 26 años con visa de turista vigente, lleva detenido desde el 7 de julio en el centro Alligator Alcatraz de Florida tras una infracción menor de tránsito.

Carlos Martín González, mexicano de 26 años con visa de turista vigente,
lleva detenido desde el 7 de julio en el centro Alligator Alcatraz de Florida.
CORTESIA: Redes Sociales
Aunque su entrada a Estados Unidos fue legal y sin antecedentes penales, las autoridades emitieron una “retención migratoria” que lo mantiene incomunicado.
Su familia en México no ha podido visitarlo ni recibir asesoría legal efectiva debido a la falta de un número de caso migratorio asignado, requisito indispensable para cualquier gestión.
“No entendemos por qué lo tratan como a un migrante indocumentado”, expresó su padre a medios, mientras el consulado mexicano en Orlando intenta infructuosamente acelerar el proceso.

Luis León fue detenido el 20 de junio al acudir a una oficina migratoria en Filadelfia para reponer su tarjeta de residencia (green card) extraviada.
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Un residente deportado a Guatemala
El caso de Luis León, residente legal chileno de 82 años, presenta profundas contradicciones institucionales, pues según reportes de su familia, León fue detenido el 20 de junio al acudir a una oficina migratoria en Filadelfia para reponer su tarjeta de residencia (green card) extraviada.
Su esposa presenció cómo agentes lo esposaron sin explicación y fue retenida durante diez horas sin información.
Durante semanas, la familia buscó respuestas en centros de detención, hospitales y hasta la morgue, sin hallar rastros oficiales en las bases de datos de ICE; la desesperación culminó cuando una mujer que se identificó como abogada les informó falsamente que León había fallecido, antes de que un familiar en Chile confirmara su hospitalización en Guatemala por neumonía.

George Retes, ciudadano estadounidense de 25 años y veterano del
Ejército que sirvió en Irak, fue detenido durante un operativo en una
granja de Camarillo, California. CORTESIA: Redes Sociales
Sin embargo, tanto el Departamento de Seguridad Nacional como el Instituto Guatemalteco de Migración han desmentido categóricamente los hechos.
DHS afirmó que “no hay constancia de que [León] compareciera a ninguna cita en Filadelfia” el 20 de junio, y que su único registro migratorio data de una entrada desde Chile en 2015 bajo el programa de exención de visa.
Guatemala señaló que su acuerdo con EE.UU. solo cubre deportaciones de centroamericanos, no sudamericanos, y que sus registros no muestran ingreso alguno de una persona con esas características.
Pese a estas negativas, la nieta de León, Nataly, insistió en entrevistas que lo visitó en un hospital guatemalteco, describiéndolo como “traumatizado y muy delgado”.
Mario Guevara, periodista salvadoreño de 47 años y fundador del medio MG News, fue detenido mientras cubría una protesta en Doraville, Georgia, el 14 de junio y a pesar de identificarse como prensa durante su transmisión en vivo, agentes policiales lo arrestaron por “obstrucción” y “reunión ilegal” antes de transferirlo a ICE.
Aunque todos los cargos fueron retirados el 25 de junio, Guevara permanece detenido en Georgia bajo proceso de expulsión y su abogado, Giovanni Díaz, denunció que tras concedérsele fianza de $7,500, las autoridades bloquearon su liberación mediante apelaciones administrativas.
En un comunicado difundido desde su celda, Guevara declaró: “Creo que el gobierno está tratando de manchar mi historial para deportarme como si fuera un criminal. Soy un padre de familia que ha pagado impuestos durante todos estos años”.
El Comité para la Protección de los Periodistas exigió su liberación, señalando que es “el único periodista encarcelado en Estados Unidos detenido en relación con su trabajo”.
La doble narrativa oficial
Estos casos ocurren en un contexto donde Tom Homan, coordinador de deportaciones, admitió públicamente que que los agentes enmascarados de ICE tienen el derecho a considerar la “apariencia física” para realizar detenciones.
Mientras la secretaria Kristi Noem califica las acusaciones de perfil racial como “falsa narrativa”, afirmando durante una conferencia: “Eso es absolutamente falso. Y no se atrevan a decir eso nunca más”.
Esta contradicción interna se produce a pesar de que un juez federal ordenó detener arrestos sin orden en siete condados de California tras hallar una “montaña de evidencia” de prácticas discriminatorias.
El centro Alligator Alcatraz, parte de una inversión federal de $45 mil millones para expansión de centros de detención, simboliza esta política, ubicado en los pantanos de Florida y rodeado de caimanes, el fiscal estatal James Uthmeier justificó su ubicación señalando que en caso de fuga, los detenidos “no encontrarán mucho más que caimanes y pitones”.
Este complejo busca duplicar la capacidad de ICE a 100,000 personas diarias, coincidiendo con el Proyecto 2025 impulsado por la administración, que promueve la “mayor deportación de la historia” mediante la movilización de recursos militares y la reactivación de centros de detención familiar 7.
El denominador común
Como resume George Retes, quien prepara una demanda por detención ilegal: “No importa si tu piel es morena. No importa si eres veterano o serviste a este país. No les importa. Solo están para llenar una cuota”.
Su testimonio refleja un patrón donde el estatus legal. ciudadanía, residencia permanente, visas temporales o protección periodística, resulta insuficiente ante una maquinaria migratoria que estadísticas independientes confirman detiene principalmente a personas sin antecedentes penales (71.5% según TRAC).
La negativa de Noem a reconocer estos patrones, incluso cuando tribunales federales y funcionarios de su propia administración sugieren lo contrario, expone una política donde la transparencia cede ante la eficacia expeditiva.
Mientras Guevara espera en una celda de Georgia, González sigue incomunicado en los pantanos de Florida, León enfrenta una crisis médica en Guatemala y Retes lidia con el trauma de su detención, sus casos colectivos cuestionan si el perfil racial se ha convertido en el algoritmo no declarado de la política migratoria actual.

Mario Guevara, periodista salvadoreño de 47 años y fundador del medio MG News, fue detenido
mientras cubría una protesta en Doraville, Georgia, el 14 de junio. CORTESIA: MG News