Con el cierre de la cuaresma, Sony Pictures presenta la historia del Padre Stu. Una historia que llenará de inspiración la pantalla grande.
Stu buscaba al igual que muchos otros jóvenes encontrar el mayor de sus sueños dentro de una profesión en la que se requiere mucho más que una simple disciplina, pues tenía el sueño de convertirse en el próximo boxeador que llenará de fama y la fortuna los cuadriláteros de los recintos más importantes.
Sin embargo, el destino, no siempre fue su mejor aliado, ya que Stu sufre un accidente de motocicleta que le deja una lesión muy severa.
Trabajando en una carnicería dentro de un supermercado en la ciudad de Los Ángeles, Stu buscaba conocer al cliente perfecto que lo llevaría a Hollywood, hasta que conoce a Carmen una maestra que imparte clases de catecismo en una Iglesia Católica.
Y asombrado por el carisma de la maestra Carmen, decide impresionarla asistiendo a la Iglesia los domingos.
Pero su condición se agrava y decide aprovechar su segunda oportunidad en inspirar y ayudar a quienes más lo necesiten, es por eso que Stu decide cambiar el rumbo de su vida y buscar una nueva vocación como sacerdote.
A pesar de los estragos de su condición y la falta de apoyo por parte de su familia y amigos, Stu mantiene el espíritu de luchador que siempre tuvo desde sus inicios como boxeador y decide emprender la lucha más importante de su vida, ayudar y ganarse el corazón de quienes se encuentren en los momentos más difíciles de sus vidas.
El Padre Stu es una película basada en la historia real de un sacerdote que lucho contra un padecimiento crónico degenerativo con un proceso inflamatorio de los músculos esqueléticos.
El filme cuenta con un reparto a cargo de Mark Wahlberg, Mel Gibson, Jackie Waver y Teresa Ruiz, que entregaron su Fe a este proyecto que inicio en el 2016 y que al igual que muchos otros filmes paso por los estragos de una pandemia en la que retraso su lanzamiento.
Bien dicen que cuando uno se tropieza en la vida, uno pierde la pelea sólo si decide rendirse en ese momento. No importa las veces que caiga uno, sino las veces que uno se levanta para seguir su camino sin perder la Fe.
