La Policía de Glendale hizo público el video de un asalto a mano armada y cómo utilizaron las cámaras de seguridad para dar con el responsable. Foto: Cortesía / Glendale Police
A principios de octubre, se registró un robo a mano armada en la ciudad de Glendale, donde el criminal amenazó con un cuchillo y despojó dinero de la caja registradora de una tienda de celulares.
Los hechos ocurrieron en un negocio de la compañía Cricket Wireless, en una plaza comercial ubicada en la avenida 67 y Camelback Rd.
La Policía de Glendale compartió el video de los hechos, grabado con las cámaras de vigilancia del local, así como las cámaras de seguridad en la ciudad, que fueron esenciales para el arresto del responsable.
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En el video se observa cómo llega el hombre, vestido de una sudadera color naranja, con la cabeza tapada con el gorro. Saca un cuchillo y amenaza a la joven empleada para que abra la caja registradora.
Ante el nerviosismo de la víctima, éste la apresura y le da un fuerte golpe en el rostro, que provoca que ella se caiga al suelo.
Después la levanta a la fuerza y la obliga a abrirle la caja registradora. Ella más nerviosa y temblorosa tiene dificultades para abrirla, y el sujeto la apresura, la jalonea y le acerca el cuchillo a su rostro.
Una vez abierta la caja registradora, el sujeto toma el dinero y sale de la tienda. En esa oportunidad, la joven llamó al 911.
En la grabación se escucha a ella sollozar y pedir ayuda de la policía: “Me acaban de asaltar, me acaban de robar. Ayuda, ayuda por favor”.
La víctima describe que el sujeto está afuera de la tienda y teme que regrese. Le da la dirección del lugar al operador, quien le asegura que la policía va en camino. Ella también pide asistencia médica, porque está sangrando de su ojo tras el golpe que recibió.
La Policía de Glendale utiliza la grabación del negocio y el Centro de delitos en tiempo real identifica los movimientos del sujeto, el tiempo que salió de la tienda, cómo cruzó la avenida y se subió a su vehículo y por qué calles avanzó.
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Con estos recursos, los oficiales logran identificarlo como Gilbert Lara y arrestarlo dos días después del crimen.
Los cargos que se le imputan al hombre de 52 años son secuestro, robo armado y asalto agravado. La joven empleada obtendrá justicia.
