El miércoles por la mañana se registró un operativo de ICE en la I-17 donde un inmigrante hondureño resultó herido. Foto: Cortesía / ICE.Gov
El operativo del pasado miércoles por la mañana en la carretera interestatal 17 provocó caos e incertidumbre en el norte de Phoenix. Agentes de ICE dispararon contra un automóvil a la altura de Dove Valley Road, lo que obligó al cierre de la rampa de acceso por varias horas.
Dicho incidente ocurrió alrededor de las 5:00 a.m. cuando oficiales de ICE hicieron una parada de tráfico a José García Sorto, originario de Honduras.
Aunque las autoridades no han proporcionado la información completa al público, sí han comentado a algunos medios de comunicación que el oficial accionó su arma porque “temía por su vida”.
Sin embargo, José García Sorto no tenía un arma y resultó herido durante su detención. De acuerdo con Univisión, es padre de familia y tiene dos hijos pequeños y no tiene antecedentes penales. Su esposa está desesperada, pues se quedó sola, sin sustento.
“Lo detuvieron tal vez por su color. Todos somos iguales ante los ojos de mi Dios, que no lo estén difamando, él es una persona humide, tranquila”, declaró.
Ayer por la noche, activistas realizaron una vigilia en las instalaciones de ICE, a manera de protesta pacífica, con el fin de denunciar el acoso constante que vive la comunidad latina y el uso de perfil racial.
Intensifican operativos de ICE en Arizona
La actividad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en ingles) se ha intensificado visiblemente en Arizona, según denuncias ciudadanas y organizaciones sociales, donde recientes operativos han generado controversia sobre susmétodos de aplicación.
En tanto, la problemática interna entre ICE y la Patrulla Fronteriza sigue en aumento ante el cúmulo de quejas y demandas contra las acciones de la administración Trump que han detenido con lujo de violencia al menos a 170 ciudadanos americanos racialmente perfilados en todo el país.
Las acciones han llevado a una reestructuración más amplia de la administración Trump, que incluye cambios de personal en oficinas de ICE en cinco ciudades principales, entre ellas Phoenix, donde el director de la oficina de campo, John Cantu, fue relevado de su puesto .
Igualmente el año 2025 ha sido el más mortífero para los inmigrantes en centros de detención privados, con 21 fallecimientos derivados en su mayoría por negligencia y falta de atención médica de compañías como GEO Group y Core Civic, quienes tienen los contratos billonarios con el gobierno federal para administrar esas cárceles, creando lo que algunos analistas denominan un “complejo industrial de la deportación”.
Esta situación se ve agravada por la presión de cumplir con la meta de arrestar 3,000 inmigrantes por día, lo que ha llevado a que las operaciones de ICE se expandan más allá de criminales convictos.
Operativo en Avondale
La semana pasada, un disruptivo caso en Avondale culminó con dos detenciones luego de un enfrentamiento de más de cinco horas entre agentes federales y William Hernández, un inmigrante hondureño.
Según la versión oficial proporcionada por Yasmeen O’Keefe del Departamento de Seguridad Nacional, los agentes de ICE intentaron detener a Hernández, quien chocó contra un vehículo oficial y se encerró en su vivienda, resultando dos agentes transportados al hospital aunque dados de alta sin lesiones graves.
En contraste, Charlyn Flores, esposa de Hernández y ciudadana estadounidense, relató que su esposo solo estaba aterrado y que los agentes fueron quienes chocaron contra él: “Comenzaron a perseguirlo y él solo estaba asustado. Solo quería llegar a casa con su familia”.
Un video obtenido por defensores de inmigrantes muestra un sedán negro girando hacia la camioneta de Hernández, seguido de un fuerte choque y sirena, mientras que la familia, que incluye un niño de dos años ciudadano estadounidense, se atrincheró por miedo a ser deportados .
El operativo en Avondale escaló hasta involucrar a más de una docena de oficiales de diversas agencias federales, algunos con rifles de francotirador, y según organizaciones defensoras, los agentes llegaron a cortar servicios como el suministro de agua para forzar la salida de la familia.
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La situación se complicó cuando Flores reveló que los agentes preguntaban por un tío de Hernández, Lucas Ochoa, quien nunca vivió con ellos y que optó por autodeportarse hace un año, sembrando dudas sobre si Hernández era el objetivo original.
Finalmente, la familia acordó salir tras la promesa de que los agentes se irían y que Hernández solo sería interrogado, promesas que se quebrantaron inmediatamente al salir, pues él y su tío Abel fueron detenidos, dejando a Charlyn Flores lamentando.
“Se llevaron a todos. Ahora tengo que luchar y seguir trabajando y averiguar qué hacer con esta casa”.












