Jeffrey Epstein comunicó a su cómplice Ghislaine Maxwell que “ese perro que no ha ladrado”, en referencia al presidente Donald Trump. Foto: Cortesía / X
Un nuevo lote de correos electrónicos de Jeffrey Epstein divulgado por los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara afirma que Donald Trump conocía las actividades del financiero con menores; en uno de los mensajes, de 2011, Epstein se refirió a Donald Trump como “ese perro que no ha ladrado” y señaló que una víctima no identificada “pasó horas en mi casa con él”.
La publicación de esta correspondencia, que supera las veintitrés mil páginas obtenidas por citatorio de la herencia de Epstein, avivó la controversia sobre la relación del presidente con el delincuente sexual y generó una agria disputa partidista en el Congreso.
Los demócratas acusan a Trump de haber participado en un encubrimiento; el representante Robert García declaró que “cuanto más Trump intenta tapar los archivos Epstein, más descubrimos” y exigió que el Departamento de Justicia “libere los archivos Epstein al público inmediatamente”.
Te puede interesar: Retiran polémica escultura de Trump y Epstein en Washington DC
En respuesta, Trump publicó en Truth Social: “Los demócratas intentan sacar a relucir de nuevo el engaño de Jeffrey Epstein porque harán lo que sea para desviar la atención de su pésima gestión del cierre del gobierno y de muchos otros temas. Solo un republicano muy malo, o estúpido, caería en esa trampa. Los demócratas le costaron a nuestro país 1,5 billones de dólares con sus recientes payasadas de cerrar el país de forma despiadada, poniendo a muchos en riesgo, y deben pagar un precio justo. No debería haber distracciones con Epstein ni con nada más, y cualquier republicano involucrado debería centrarse únicamente en reabrir nuestro país y reparar el daño masivo causado por los demócratas”.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, contraatacó calificando la filtración como “narrativa falsa” creada con correos “selectivamente filtrados a los medios liberales” para manchar al presidente, y destacó que la víctima Virginia Giuffre nunca acusó a Trump de conducta inapropiada.
La publicación de los correos coincidió estratégicamente con un momento político crucial, cuando el presidente de la Cámara, Mike Johnson, juramentará finalmente a la representante electa Adelita Grijalva, cuya firma sería la número doscientos dieciocho para forzar una votación sobre la liberación de todos los archivos Epstein.
Este movimiento, que los republicanos han intentado evitar durante meses, podría llevar el proyecto de ley al pleno en diciembre, con potenciales consecuencias políticas muy perjudiciales para el partido en el gobierno.
Entre los mensajes divulgados destaca un intercambio de 2015 con el escritor Michael Wolff, donde Epstein preguntó cómo debería responder Trump si los medios le preguntaban sobre su relación.
Wolff recomendó “dejar que se ahorque solo”, pues si negaba haber estado en la casa o el avión de Epstein, esto le daría a Epstein “moneda política y de relaciones públicas valiosa” para usarla en su favor.
En otro correo de 2019, Epstein afirmó que Trump le pidió que renunciara a Mar-a-Lago y que “por supuesto, él sabía sobre las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que se detuviera”.
Mientras este escándalo se desarrolla, Ghislaine Maxwell, cómplice de Epstein sentenciada a veinte años de prisión, ha sido trasladada de una prisión de Florida a un campo de mínima seguridad en Texas, un movimiento que las familias de las víctimas calificaron de “trato preferencial”.
Este traslado, considerado “sin precedentes” por expertos penitenciarios, ocurrió poco después de que Maxwell se reuniera con el fiscal general adjunto Todd Blanche, y ex abogado personal de Donald Trump en sus procesos judiciales, lo que ha generado interrogantes sobre los motivos detrás de esta mejora en sus condiciones de reclusión.
El contexto se complica aún más con la revelación de que Maxwell está preparando una solicitud de conmutación de pena ante la administración Trump, quien no ha descartado un indulto.
La propia Maxwell, en una entrevista reciente con el Departamento de Justicia, negó la existencia de una “lista de clientes” de Epstein y afirmó no haber presenciado conducta inapropiada por parte de Trump, a quien describió como “un caballero en todos los sentidos”.
Estas declaraciones contrastan marcadamente con el contenido de los nuevos correos electrónicos divulgados, creando un rompecabezas de narrativas enfrentadas.
¡Únete a nuestro canal de WhatsApp! Entérate primero que nadie de las noticias
La batalla por los archivos Epstein refleja así una profunda polarización; los republicanos acusan a los demócratas de “seleccionar cuidadosamente documentos para generar reacciones” y ocultar registros que nombran a funcionarios demócratas, politizando una investigación que debería centrarse en la justicia para las víctimas.
Con la votación de la petición de descarga ahora probable, el escenario está listo para un enfrentamiento legislativo que determinará si la luz pública llega finalmente a uno de los casos criminales más infames de la historia reciente.












