HOLBROOK, Arizona — La muerte de Rebekah Baptiste, una niña de 10 años presuntamente asesinada por su padre y su madrastra, ha conmocionado al estado de Arizona, no solo por las circunstancias del crimen, sino porque, según familiares y su escuela, existieron al menos doce reportes previos de abuso ante el Departamento de Seguridad Infantil (DCS, por sus siglas en inglés) que no fueron atendidos.
El 27 de julio, agentes del Sheriff del Condado de Apache respondieron a un llamado en la intersección de las rutas estatales 77 y 180, donde encontraron a Rebekah inconsciente. Fue trasladada al Little Colorado Medical Center, y posteriormente al Phoenix Children’s Hospital, donde falleció el 30 de julio.
Las autoridades arrestaron a Richard Daniel Baptiste, padre de la menor, y a su pareja Anicia Woods, ambos acusados de asesinato en primer grado y abuso infantil. Permanecen detenidos en la cárcel del Condado de Apache con una fianza de un millón de dólares.
Una tragedia anunciada
Twelve times, the school called the Arizona Department of Child Safety. Twelve times over the last year, school staffers raised the alarm about what was happening to one of their students. Now, she's dead. https://t.co/AfT4j3ukM6 via @azcentral
— Laurie Roberts (@LaurieRoberts) August 5, 2025
Lo que más ha indignado a la comunidad es que esta tragedia pudo haberse evitado. La escuela donde estudiaba Rebekah, Empower College Prep, reveló que realizó al menos 12 reportes al DCS durante el último año por sospechas de abuso y negligencia. El propio tío de la menor, Damon Hawkins, afirmó haber reportado abusos sexuales un año atrás.
“Lo que vivimos es una historia de horror. Nada de esto tiene sentido”, expresó Hawkins. “Ella siempre sonreía, era una niña feliz a pesar de todo”.
La escuela asegura que en al menos cuatro ocasiones se asignaron investigadores al caso, pero no hubo intervención efectiva. “Simplemente lo barrieron bajo la alfombra”, declaró Hawkins. “Nada de esto hubiera pasado si hubieran hecho su trabajo”.
DCS promete investigar, pero la familia exige justicia
En respuesta a la indignación pública, el Departamento de Seguridad Infantil emitió un comunicado reconociendo que Rebekah era conocida por la agencia y que están colaborando con las autoridades para llevar a los responsables ante la justicia.
“Este caso nos afecta profundamente. Nuestros trabajadores se esfuerzan por proteger a todos los niños, pero a veces quienes quieren hacer daño logran evadir incluso los sistemas más robustos”, se lee en el comunicado oficial. La agencia también anunció una revisión interna a través de su Safety Analysis Review Team para identificar errores y prevenir futuras tragedias.
Sin embargo, para la familia de Rebekah esto no es suficiente. Hawkins recordó que en años anteriores los niños habían sido retirados del hogar por el DCS, pero posteriormente devueltos a su padre.
“El sistema tiene que rendir cuentas. No solo los padres deben enfrentar consecuencias, sino también quienes no protegieron a Rebekah cuando más lo necesitaba”, sentenció Hawkins.
Llamado a la acción
Este caso ha generado indignación en todo Arizona. Defensores de los derechos infantiles, ciudadanos y medios exigen una revisión profunda del sistema de protección infantil en el estado, para evitar que otro niño muera tras haber pedido ayuda.
Una campaña de recaudación ha sido lanzada en GoFundMe para cubrir los gastos del funeral de Rebekah, mientras su familia sigue luchando por justicia y por la memoria de una niña que, pese al dolor, nunca dejó de sonreír.