El Partido Republicano ha nominado formalmente a Donald Trump como su candidato presidencial por tercer ciclo consecutivo, consolidando su estatus como abanderado del Partido Republicano casi una década después de ascender por primera vez a la cima del partido.
La selección representa un momento notable para el expresidente, quien en los últimos tres años ha enfrentado denuncias por los disturbios del 6 de enero, múltiples acusaciones penales, reveses políticos y, apenas este fin de semana, un intento de asesinato.
Trump es el primer delincuente convicto que se convierte en candidato presidencial de un partido importante.
Su nominación el lunes no fue una sorpresa, ya que una abrumadora mayoría de los delegados de la convención ya se habían comprometido a apoyar a Trump después de que éste dominara las primarias. Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y ex rival republicana de Trump, liberó a sus delegados a principios de este mes y los alentó a respaldar a Trump en Milwaukee.
Es un momento que se ha ido gestando desde que el expresidente dejó el cargo en 2021.
Miembros de su partido, incluidos algunos aspirantes a la presidencia, denunciaron a Trump después de la insurrección del 6 de enero y sus intentos de revertir su derrota de 2020 ante el presidente Joe Biden. Algunos lo consideraban políticamente tóxico después de que los republicanos perdieran la Cámara y el Senado durante su presidencia. A Trump también se le culpó parcialmente en 2022 por el fracaso de los republicanos a la hora de recuperar el Senado y por un margen de victoria menor de lo esperado para ganar la Cámara.
Luego vinieron una serie de acusaciones penales. En Nueva York, fue condenado en mayo por encubrir pagos para mantener su silencio a una estrella porno. En Washington y Georgia, los fiscales federales y estatales presentaron cargos relacionados con su intento de subvertir las elecciones de 2020. Y en Florida, fue acusado de acaparar documentos clasificados en Mar a Lago y luego obstruir la investigación.
Mientras Trump buscaba la nominación presidencial por tercera vez, se enfrentó a un campo abarrotado de candidatos republicanos que buscaban aportar una nueva perspectiva a un partido que ha estado dominado por Trump. Sus principales contendientes, incluidos Haley, Chris Christie, Ron DeSantis, Mike Pence, Vivek Ramaswamy y Tim Scott, habían lanzado ataques contra Trump, en diversos grados, con la esperanza de destronar al expresidente.
Pero Trump despachó cómodamente a sus rivales en las primarias. Pudo reunir apoyo dentro de su partido para su campaña, apoyándose en una narrativa de “militarización” política. Muchos de los mismos republicanos que alguna vez lo criticaron se dieron la vuelta para respaldar a Trump, apoyo entre su partido que solo se fortaleció cuando fue condenado por 34 delitos graves en Nueva York.
Sus principales rivales ahora lo respaldan firmemente.
Y a pesar de enfrentar desafíos importantes, las victorias políticas y legales de Trump no han hecho más que aumentar.
A principios de este mes, la Corte Suprema dictaminó que tiene inmunidad de procesamiento penal por algunas acciones que tomó como presidente. Fue otra victoria en el tribunal superior después de que los jueces dictaminaran en marzo que los estados no podían eliminarlo de la boleta electoral de 2024. Y el lunes, el juez federal que supervisa el juicio por documentos clasificados de Trump en Florida desestimó el caso penal federal.
Lo más dramático fue que Trump sobrevivió el sábado por la noche a un tiroteo que, según las autoridades federales, fue un probable intento de asesinato.
El tiroteo del sábado en una manifestación en Butler, Pensilvania, mató a un participante e hirió a otros dos. Una bala atravesó la oreja derecha de Trump y un equipo de francotiradores del Servicio Secreto mató a tiros a Thomas Matthew Crooks, de 20 años, identificado como el pistolero.
La avalancha de apoyo fue inmediata.
Tanto los demócratas como los republicanos condenaron el ataque como un acto de violencia política. Los demócratas están tomando medidas drásticas contra sus críticas a Trump por respeto, y los republicanos están apoyando a su nuevo candidato con más energía que antes.
Y menos de 48 horas después del ataque, el Partido Republicano lo hizo oficial: Trump es su hombre.
