Su fallecimiento activa un procedimiento de sucesión bien establecido y reverenciado por los miembros de la fe en todo el mundo. Foto: Cortesía / Archivo
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días anunció que su presidente, Russell M. Nelson, falleció pacíficamente poco después de las 10 p. m. (hora de la montaña) del 27 de septiembre en su hogar de Salt Lake City, a la edad de 101 años. El presidente Nelson, quien fue el presidente de mayor longevidad en la historia de la Iglesia, deja un legado de liderazgo global, una expansión sin precedentes de templos y cambios significativos orientados a enfatizar la centralidad de Jesucristo.
Su fallecimiento activa un procedimiento de sucesión bien establecido y reverenciado por los miembros de la fe en todo el mundo.
La Primera Presidencia, el máximo cuerpo de gobierno de la Iglesia, se disuelve automáticamente.
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Quienes servían como consejeros, los presidentes Dallin H. Oaks y Henry B. Eyring, ahora regresan a sus puestos según su antigüedad en el Quórum de los Doce Apóstoles, el segundo cuerpo de mayor autoridad.
Este quórum, compuesto ahora por catorce hombres, asume temporalmente el liderazgo de la Iglesia, siendo presidido por el apóstol de mayor antigüedad; un sucesor no será elegido formalmente hasta después del funeral del presidente Nelson, según informó el comunicado oficial de la Iglesia.
El proceso para llamar a un nuevo presidente está definido por la revelación divina y carece por completo de campañas o elecciones.
El Quórum de los Doce Apóstoles se reunirá para deliberar y, mediante un voto unánime, seleccionará al nuevo presidente; a lo largo de la historia de la Iglesia, el apóstol con mayor antigüedad de servicio ha sido siempre quien asume la presidencia.
El nuevo presidente será luego formalmente designado mediante la imposición de manos del presidente del Quórum de los Doce y los demás apóstoles.
El presidente Nelson, llamado como apóstol el 7 de abril de 1984, se convirtió en el líder de la Iglesia el 14 de enero de 2018.
Su período como profeta será recordado por su ministerio global, habiendo visitado 32 países y territorios, y por la expansión masiva de templos, anunciando 200 nuevos durante su presidencia.
Antes de su servicio a tiempo completo en la Iglesia, el presidente Nelson fue un cirujano cardíaco de renombre mundial.
Realizó la primera cirugía a corazón abierto en Utah en 1955 y completó más de 7,000 operaciones a lo largo de su carrera.
El presidente Dallin H. Oaks, su consejero en la Primera Presidencia, lo describió como “la persona más gentil y dulce con la que se podría esperar asociarse”.
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El presidente Nelson sobrevive a su esposa, Wendy, ocho de sus diez hijos, 57 nietos y más de 167 bisnietos.
Mientras la comunidad de fe mundial lamenta su partida, la atención se centra ahora en el futuro y en el proceso ordenado y espiritual que guiará a la Iglesia hacia su próximo profeta.
