Los aranceles impuestos por Estados Unidos y el mercado interno saturado desafían a productores de tomate en México. Foto: Cortesía / Freepik
La industria del tomate mexicano enfrenta una crisis multifactorial en 2025, caracterizada por la caída de las exportaciones, precios deprimidos y la saturación del mercado interno, como consecuencia directa de los aranceles impuestos por Estados Unidos y la reducción de la demanda.
Productores de Sonora reportan que la exportación de tomate disminuyó significativamente en el primer semestre del año, obligando a los agricultores a redirigir su producción al mercado nacional, donde los precios se han desplomado.
Marco Antonio Llano Vielledent, propietario del Campo Guadalupe en Guaymas, Sonora, explicó que el precio mínimo de venta para la variedad roma se estableció en 8.30 dólares por caja, pero la demanda en Estados Unidos no justificó este valor, llevando a los productores a vender localmente a precios más bajos.
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“Bajó la exportación por el mercado que estuvo muy bajo en Estados Unidos”, señaló Llano, destacando que esta situación resultó en una disminución del 19.2% en las ventas nacionales durante los primeros seis meses de 2025.
Benjamin Gil Lugo, socio de la Alianza de Campesinos del Noroeste, atribuyó la crisis principalmente a los aranceles estadounidenses: “Para muchos productores fue incosteable mandar el producto a Estados Unidos este año”.
Gil Lugo añadió que la crisis afectó no solo al tomate, sino también a cultivos como granos, trigo, chiles y tomatillos, que enfrentaron precios no rentables.
El contexto internacional agrava la situación. Estados Unidos impuso un arancel del 17.09% al tomate mexicano, argumentando prácticas de dumping por precios inferiores a los de productores locales.
Esta medida generó preocupación entre analistas, ya que México provee dos de cada tres tomates consumidos en Estados Unidos, con un intercambio comercial de nearly $3,000 millones anuales 9. La inflación en Estados Unidos ya ha sentido el impacto, con un aumento del 0.3% en junio atribuido parcialmente a los aranceles.
En México, la saturación del mercado interno ha provocado una caída drástica de precios. En regiones como Jocotitlán, Estado de México, el precio del kilo de tomate en el campo no supera los ochenta centavos de dólar, afectando a pequeños productores que dependen de ventas locales.

José Ignacio Martínez, economista de la UNAM, destacó que el tomate representa el 13.1% de las exportaciones agrícolas mexicanas y contribuye con el 1.3% al PIB nacional.
Las consecuencias sociales son profundas: se estima que 500,000 empleos directos están en riesgo, y existe preocupación por un posible aumento de la migración o la incursión en actividades ilegales en estados productores como Sinaloa, donde la industria del tomate es vital.
Aunque productos como el aguacate y el tequila han registrado crecimiento en exportaciones (+30.4% y +9%, respectivamente), el tomate, los berries (-9.9%) y la carne bovina (-14.9%) enfrentan caídas significativas.
La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum ha criticado los aranceles como “injustos” y está negociando con Washington para revertir las medidas.
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Sin embargo, expertos como Antonio Ortiz-Mena de la Universidad de Georgetown advierten que la estrategia de “cabeza fría” de México podría no ser suficiente si Estados Unidos insiste en políticas proteccionistas.
Mientras tanto, productores sonorenses como Llano y Gil Lugo urge al gobierno a implementar apoyos inmediatos para evitar el colapso de una industria que es pilar de la economía rural mexicana.