El pulsioxímetro mide los latidos del corazón y también el oxígeno del cuerpo, bajo circunstancias normales varía entre 60 a 80 pulsos por minuto, pero sin embargo cuando el corazón entra en crisis por estrés o por arritmia puede variar de 45 a 100 en cuestión de minutos.
Allí es cuando entra el pánico psicológico especialmente cuando por décadas el corazón a pesar de crisis, estrés, sufrimientos nunca se había alterado y allí es cuando uno se acuerda de canciones como, “Corazón quiero que marques el paso…” No tanto por un amor romántico sino por el amor a la vida.
Allí es donde uno refleja sobre déspotas como Donald Trump, sheriff Arpaio y ahora el sheriff Sheridan que actúan como seres omnipotentes incapaces de reflexionar sobre la mortalidad empeñados en causar crisis en seres humanos que consideran “ilegales’, extranjeros, sin ningún derecho a “la vida, la libertad, y la búsqueda de la justicia”, como reza la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
“Todo hombre tiene los derechos inalienables de perseguir la vida, la libertad, y la búsqueda de la justicia”. En esos tiempos a la especie humana se le refería como hombre porque la mujer a pesar de ser la que nos daba la vida no contaba.
Con las redadas masivas, utilizar las tropas para invadir las ciudades predominantemente afroamericanas, se puede considerar el cuerpo político de Estados Unidos está en crisis y ha sido invadido por un virus que cargado de racismo, avaricia, y ataca desde el corazón de la nación hasta cada órgano vital en las tres ramas de gobierno.
Hasta ahora no hay antídoto para ese virus, las defensas normales como las cortes, el Congreso, también han sido invadidas, entonces por culpa de un presidente enfermo se ha infectado toda la nación y la única defensa que queda el pueblo.
Sin embargo, a través de décadas de negligencia el pueblo ha sido debilitado y no tiene las organizaciones tradicionales que servían como anti-cuerpos.
Quedan centros de resistencia como La Unión del Barrio en Los Ángeles y la Red Nacional de Jornaleros a nivel nacional en este momento atacados fuertemente por La Home Depot y la agencia gubernamental de ICE.
Localmente siguen Los Comités de Defensa del Barrio, Semillas, y Coaliciones de Organizaciones que ayudaron en la defensa contra el virus de Arpaio intentando levantar un frente de defensa.
Sin embargo, la medicina tradicional llamada política también está infectada a nivel local y el Condado está dominado por adherentes a MAGA (Haz América Grande Otra Vez) o más bien, “Haz América Blanca Otra Vez”.
El estado de Arizona está dominado por los Republicanos anti migrantes y el Ayuntamiento de Phoenix es fuertemente pro-policía y no duda ni un minuto de reprimir aquellos que se lancen a defender a su familia de redadas injustas y para mantener el orden defienden al agresor.
En este momento el estado político del cuerpo estadounidense necesita intervención, pero como en la sala de emergencia tienes que esperar largo rato para que el resto del mundo intervenga.
Eso ya lo estamos viendo en Palestina donde la hambruna y los bombardeos provocados por Estados Unidos e Israel no pasa de condenas verbales y vetos en el pleno de las Naciones Unidas.
Si los remedios tradicionales no se están funcionando entonces tenemos que recurrir a la medicina tradicional que proviene de nuestros derechos como hijos de la Madre Tierra.
En el caso de nuestro pueblo es volver a la organización ancestral de familias llamado Calpolli, los concejos de pueblos llamados Tlahtokan, y Los concejos regionales llamados Hue Hue Tlahtokan.
Solo una organización paralela al del estado invasor nos puede salvar.