El anuncio encuentra escepticismo y aclaraciones por parte de su propio secretario del Tesoro.
El presidente Donald Trump anunció, mediante una publicación en su red social Truth Social, un “dividendo” de al menos USD $2,000 por persona para los estadounidenses, excluyendo a quienes tienen altos ingresos. Afirmó que este pago es posible gracias a los “billones de dólares” recaudados por los aranceles de su administración. En su mensaje, defendió su política comercial; “Las personas que están en contra de los aranceles son ¡TONTAS!”, escribió.
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El anuncio se produce en un contexto de cierre parcial del gobierno y de impugnaciones judiciales a los aranceles . Horas después, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, matizó la propuesta en una entrevista televisiva. Bessent sugirió que el “dividendo” podría materializarse a través de recortes fiscales, no necesariamente como un pago directo . Mencionó iniciativas como la exención de impuestos sobre las propinas, el tiempo extra y los préstamos automotores .
Los defensores de la medida citan estimaciones de que los aranceles podrían recaudar USD $500,000 millones anuales .
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No obstante, analistas advierten que los ingresos no representan una ganancia neta, pues los costos suelen trasladarse a los consumidores . Para implementarse, la iniciativa requeriría la aprobación del Congreso . Además, la legalidad de los aranceles está siendo cuestionada en los tribunales; la Corte Suprema evalúa actualmente el caso .
La promesa de un dividendo arancelario define el debate económico actual; por un lado, el presidente proyecta una imagen de prosperidad compartida. Por el otro, la viabilidad concreta del plan depende de complejos factores legales y políticos por resolverse.
