Aumenta la presión bipartidista y de supervivientes que exigen transparencia en el caso de Jeffrey Epstein. Foto: Cortesía / Archivo
La revelación del congresista republicano Thomas Massie sobre la presencia del multimillonario John Paulson en el libro de contactos de Jeffrey Epstein ha intensificado la presión bipartidista para la liberación total de los archivos del caso, en un contexto donde supervivientes y legisladores desafían la narrativa oficial de la administración Trump.
Paulson, gestor de fondos de cobertura y donante clave del Partido Republicano, fue señalado por Massie durante una entrevista en Newsmax como ejemplo de las figuras que podrían “verse implicadas o avergonzadas” por una divulgación completa de los documentos.
La respuesta de Paulson no se hizo esperar: a través de un portavoz, calificó las acusaciones de “ataque fabricado sin sustancia alguna” y negó cualquier relación con Epstein.
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El llamado “black book” de Epstein, incautado durante investigaciones previas, contiene nombres, números telefónicos y direcciones, pero no especifica la naturaleza o legalidad de los contactos.
Su existencia ha alimentado teorías de conspiración durante años, aunque las autoridades insisten en que no constituye una “lista de clientes” incriminadora.
La reciente liberación de 34,000 páginas de documentos por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, la mayoría ya disponibles previamente, ha sido calificada como insuficiente por supervivientes y legisladores de ambos partidos.
Entre los documentos figuran testimonios de agentes del FBI y un detective del NYPD ante un gran jurado, pero no las declaraciones directas de las víctimas .
La batalla política: Trump versus una coalición inusual
El presidente Donald Trump ha tildado el caso de “engaño demócrata” en repetidas declaraciones públicas y en su plataforma Truth Social, argumentando que busca desviar la atención de sus logros políticos.
Esta postura ha generado raras críticas desde dentro de su propio partido y el movimiento MAGA y figuras como la representante Marjorie Taylor Greene y Lauren Boebert se unieron a supervivientes en una conferencia de prensa esta semana para exigir transparencia.
Massie, junto al demócrata Ro Khanna, impulsa un proyecto de ley que obligaría al Departamento de Justicia a liberar todos los archivos en 30 días, una medida que requiere 218 votos para evadir el liderazgo de la Cámara.
Las voces incómodas
Annie Farmer, una de las víctimas más vocales, relató en Capitol Hill cómo fue abusada por Epstein a los 16 años en 1996 y cuestionó por qué las autoridades no investigaron adecuadamente las denuncias iniciales.
“Hace treinta años, todavía no sabemos por qué ese informe no se investigó debidamente”, declaró Farmer, exigiendo una “revisión pública exhaustiva”.
Otra superviviente, Haley Robson, republicana registrada, apeló a Trump para que “nos humanice” y deje de usar el término “hoax” (engaño).
Marina Lacerda fue contundente: “Esto no es un hoax y no va a desaparecer” .
Vínculos de poder: Paulson y Trump
John Paulson, con una fortuna de $4,000 millones, es un aliado histórico de Trump. En abril de 2024, organizó una recaudación de fondos en su residencia para el presidente, y se especuló con su posible nominación como secretario del Tesoro .
Donó $763,800 a republicanos en solamente en 2024, según OpenSecrets y aunque su nombre apareció en versiones no redactadas del libro de Epstein divulgadas por Gawker en 2015, no hay evidencias públicas de contacto criminal.
Massie insiste en que su inclusión es “indicativa” del tipo de figuras que podrían verse afectadas por una liberación completa .
La representante Anna Paulina Luna, presidenta del Grupo de Trabajo sobre Desclasificación de Secretos Federales, sugirió en redes sociales que existe una “conexión de inteligencia” en el caso Epstein, citando testimonios que involucrarían a Arabia Saudita, Rusia, Israel y un exdirector de la CIA.
Aunque el Departamento de Justicia ha negado consistentemente la existencia de una “lista de clientes” para chantaje, Luna prometió “hacer referencias criminales al DOJ”.
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La presión sobre la administración Trump alcanza un punto crítico. Si bien la Casa Blanca insiste en que el caso está “cerrado”, la coalición bipartidista y la resiliencia de las supervivientes sugieren que la demanda de transparencia persistirá.
El destino de la petición de Massie depende de que seis republicanos se unan a los demócratas para forzar una votación, un escenario que refleja la fractura inusual en el Partido Republicano.
Mientras Trump intenta centrar el debate en su “éxito presidencial”, las víctimas recuerdan que detrás de los documentos hay historias de abuso sistémico y encubrimiento que, treinta años después, aún exigen justicia.
