A 2 meses como congresista Abe Hamadeh se convierte en el ejemplo de la incongruencia MAGA. Foto: Cortesía / Rep. Abe Hamadeh
A solo dos meses de iniciado su primer mandato en el Congreso, el recién electo representante de Estados Unidos, Abe Hamadeh, se ha posicionado como un ferviente defensor del ejército y de los veteranos, sin embargo, su carrera, tanto como candidato respaldado por Donald Trump como ahora en el Capitolio, está marcada por controversias y contradicciones que han dividido a sus seguidores y detractores.
Hamadeh, quien fue oficial de inteligencia de reserva del Ejército, es uno de los dos republicanos de Arizona que integra el Comité de Asuntos de Veteranos de la Cámara, junto al representante Juan Ciscomani de Tucson y su presencia en este comité no pasa desapercibida: en sus redes sociales se pueden encontrar numerosos clips en los que cuestiona a expertos sobre los servicios que reciben los veteranos, dirigiendo preguntas que muchos consideran esotéricas y poco pertinentes. Además, Hamadeh compartió recientemente un video promocional en el que se le ve disfrutando de un vuelo en un F-16 en la Base Aérea Luke, una experiencia que tuvo un costo cercano a los 41 mil dólares para los contribuyentes. Aunque la base explicó que se trató de una misión ya programada, este “paseo aéreo” ha alimentado las críticas hacia su gestión.
El congresista ha cultivado la imagen de ser un gran defensor de la comunidad militar y de sus héroes, especialmente cuando se trata de responder a las medidas de austeridad en el Departamento de Asuntos de Veteranos (VA), sin embargo, su postura parece volverse elusiva cuando el tema son los recortes en los servicios para veteranos.
Empoderado por figuras como Trump y apoyado por la retórica del movimiento MAGA, Hamadeh ha evitado comentar sobre los devastadores recortes impulsados por la administración Trump, que ya han afectado a miles de empleados del VA y a numerosos veteranos que trabajaban en el gobierno federal.
Durante una audiencia del comité, Hamadeh afirmó: “Veo a mis colegas del otro lado protegiendo siempre la burocracia. Quiero recordarles que el VA emplea más de 400,000 personas, pero de eso solo hablamos de 1,400”. Este comentario resultó estar muy lejos de la realidad, ya que los recortes habían superado los 2,400 puestos, cifra que continúa aumentando.
Para veteranos como Ben Jeffrey, excombatiente de la Marina y usuario de los servicios del VA, estas declaraciones son un claro ejemplo de cómo Hamadeh se limita a lanzar frases huecas, dejando de lado las críticas fundamentales hacia las políticas que han afectado a quienes han servido al país.
Sus padres son inmigrantes
La controversia se intensifica al considerar la trayectoria política de Hamadeh, marcada por una aparente hipocresía en materia migratoria, pues durante su campaña defendió enérgicamente políticas restrictivas y medidas para limitar la ciudadanía por nacimiento.
Sin embargo, un dato poco conocido de su vida personal revela la incongruencia: Hamadeh nació en 1991, hijo de padres inmigrantes del Medio Oriente que, en aquella época, se encontraban en Estados Unidos con visas de visitante vencidas.
Sus padres se naturalizaron en los años 2000, tras enfrentar órdenes de deportación en los 90.
Bajo la orden ejecutiva firmada por Trump el 20 de enero, que busca restringir la ciudadanía a hijos de inmigrantes indocumentados, Hamadeh no habría calificado como ciudadano al nacer, pero a pesar de este hecho, el congresista ha guardado un notable silencio sobre el tema, evidenciando la contradicción de defender políticas que, de aplicarse en su propio pasado, hubieran truncado su derecho a la ciudadanía.
El silencio estratégico de Hamadeh en torno a la polémica sobre la ciudadanía de nacimiento pone de relieve una inconsistencia fundamental: mientras se erige como paladín de la agenda conservadora y de medidas que afectan directamente a la comunidad inmigrante, él mismo ha sido beneficiario de esas mismas reglas por circunstancias fortuitas.
Políticos como la senadora estatal Wendy Rogers y el representante Alexander Kolodin han expresado abiertamente su apoyo a restringir la ciudadanía por nacimiento, dejando en evidencia que Hamadeh prefiere evitar el debate, centrando su atención en temas secundarios como la supervisión de la atención comunitaria para veteranos.
Esta doble cara política ha generado escepticismo entre veteranos y ciudadanos, quienes ven en sus declaraciones y acciones una lealtad incondicional la radical agenda MAGA que, a ojos de muchos, sacrifica el bienestar de quienes han servido al país.
Mientras Hamadeh se empeña en formular preguntas arcana en audiencias –como garantizar que “los burócratas no nieguen arbitrariamente el derecho de los veteranos a la atención comunitaria”–, críticos señalan que sus esfuerzos son un intento de desviar la atención de los recortes y de las verdaderas necesidades de los veteranos.
La carrera de Abe Hamadeh, desde sus días como candidato y negacionista electoral hasta su actual rol en el Congreso, refleja las contradicciones inherentes al movimiento MAGA. En una narrativa de éxito personal impulsada por Trump, Hamadeh se presenta como el protector de los valores tradicionales y la seguridad nacional, sin reconocer los costos humanos y las consecuencias de las políticas que defiende.
Esta ambivalencia no solo pone en tela de juicio su compromiso con quienes han servido al país, sino que también alimenta la crítica de que la lealtad partidista y la ideología extremista pueden, en última instancia, perjudicar a la comunidad a la que juró proteger.
Kari Lake recibe cargo en el gobierno
Kari Lake, la ex presentadora de noticias y ferviente aliada de Donald Trump, finalmente ha conseguido un trabajo en el gobierno, sin embargo, no es ninguno de los cargos que ha estado persiguiendo durante años.
Después de perder la carrera por la gobernación de Arizona en 2022 contra Katie Hobbs y fracasar en su intento de llegar al Senado en 2024 frente a Rubén Gallego, Lake ha sido nombrada asesora especial de la Agencia de Medios Globales de Estados Unidos (USAGM, por sus siglas en inglés), la entidad que supervisa Voice of America (VOA).
Lake juró su nuevo cargo colocando su mano derecha sobre una Biblia cubierta con la bandera estadounidense y anunció su nombramiento en redes sociales con un mensaje en el que prometió “optimizar” la agencia, sin embargo, aún no está claro cuál será su función exacta ni cuánto tiempo permanecerá en el puesto.
A pesar de su cercanía con Trump, Lake no ha sido designada para dirigir VOA, ya que el presidente no tiene el poder unilateral para nombrarla en esa posición. La elección del líder de la agencia depende de la Junta Asesora de Radiodifusión Internacional y del director de USAGM, cargo para el cual Trump ha propuesto al activista conservador L. Brent Bozell III, quien aún necesita ser confirmado por el Senado.
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Pero en otro giro controversial, el multimillonario Elon Musk ha sugerido desmantelar la VOA. Ante esta posibilidad, Lake se distanció de los postulados MAGA para oponerse a la idea.
Lake durante la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora en Washington, D.C., afirmó que la agencia “no será ‘Trump TV’” y que puede ser una “arma” contra la guerra de la información.
“Creo que vale la pena intentar salvarla. Con un presupuesto relativamente pequeño y periodismo honesto, podemos difundir los valores de la libertad en el mundo y prevenir guerras de billones de dólares”, concluyó Lake.