La temporada de monzones ya llegó a Arizona y se lanzan alertas toda la ciudadanía para mantenerse a salvo. CORTESIA: Freepik
La temporada de monzones inicia oficialmente en Arizona este 15 de junio, extendiéndose hasta el 30 de septiembre, donde fenómenos meteorológicos extremo, desde lluvias torrenciales hasta muros de polvo, amenazarán la seguridad vial. Cuatro agencias estatales coordinaron protocolos críticos: el Departamento de Transporte de Arizona (ADOT, por sus siglas en inglés), Salud Pública, Gestión Ambiental y Defensa Civil, junto al Servicio Meteorológico Nacional.
Las tormentas monzónicas pueden surgir sin aviso y ADOT enfatiza: “Espere lo inesperado”.
Durante lluvias intensas, los conductores deben duplicar la distancia de frenado por riesgo de hidroplaneo. Cruzar cauces inundados está prohibido categóricamente, incluso si la profundidad parece superficial. Ignorar señales de “camino cerrado” constituye una violación grave que pone vidas en peligro.
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Todo vehículo debe transportar suministros esenciales: agua adicional para hidratación, refrigerios saludables, protección solar contra radiación UV, paraguas para sol o lluvia, medicamentos recetados, linterna funcional y teléfono móvil con carga completa. Estos elementos son vitales ante atascos prolongados o desvíos forzosos.
Las “haboobs” reducen visibilidad a cero en segundos y ADOT instruye: nunca penetre un muro de polvo. Busque salidas seguras inmediatas. Si queda atrapado, estaciónese completamente fuera de la calzada, nunca en carriles o arcenes. Active el freno de estacionamiento, apague todas las luces (incluidas emergencias) para evitar colisiones traseras, y mantenga el cinturón abrochado hasta que el polvo se disipe.
Un riesgo subestimado son los cables eléctricos derribados por vientos huracanados. Si un cable impacta su vehículo, permanezca dentro. Contacte al 911 inmediatamente y espere personal especializado: abandonar el auto puede provocar electrocución.
ADOT recuerda que revisar neumáticos, frenos y limpiaparabrisas antes de viajar reduce accidentes. Esta temporada exige respeto al desierto: preparación, paciencia y obediencia a los protocolos marcan la diferencia entre un viaje seguro y una tragedia evitable.
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