El ataque ruso con drones la pasada noche contra la ciudad ucraniana de Leópolis, que alcanzó, entre otras instalaciones, un almacén de la organización “Caritas-Spes Ucrania” de la Iglesia católica, causó la destrucción de al menos 300 toneladas de ayuda humanitaria.
“Los empleados de la misión no resultaron heridos, mientras que el almacén y todo lo que había en él ardió hasta los cimientos”, informó la organización benéfica en sus páginas en las redes sociales.
Según el comunicado, además de la propia ayuda humanitaria, los vehículos utilizados para distribuirla también quedaron destruidos en el incendio que se declaró tras la explosión de un dron.
La ayuda humanitaria consistía en una amplia variedad de objetos, entre ellos ropa nueva y usada, así como alimentos, informó el obispo Eduard Kava en un comentario en vídeo, difundido por la archidiócesis católica romana de Leópolis tras el ataque.
En particular, incluía ropa y calzado de invierno, así como generadores eléctricos, la parte de más valor, explicó Kava.
Los generadores eléctricos se utilizan mucho en la estación más fría en Ucrania, durante los cortes de electricidad o de manera constante en las zonas con suministro eléctrico irregular debido a los ataques rusos contra la infraestructura energética.
Según el obispo, la ayuda humanitaria llegó a Leópolis hace poco y debía ser enviada pronto al este de Ucrania, devastado por la guerra.
La ayuda había sido enviada a Leópolis por el papa Francisco a través del limosnero pontificio Konrad Krajewski, escribió en Facebook Yevguen Boiko, director de la administración del alcalde de esa ciudad, Andrí Sadovi.
Boiko subrayó que “los rusos están en guerra con los pacíficos almacenes de la misión religiosa ‘Caritas-Spes'”.
“Recibimos ayuda del Vaticano a través del cardenal Krajewski”, dijo Kava cuando se le pidió que comentara las declaraciones al respecto de Boiko.