Se hace llamar “Darío”, “Dariana” y “Mexican Barbie”, pero su nombre real es Miguel Maciel; es gay, tiene 38 años y es originario de Valle de Santiago, Guanajuato, México.
Hace casi 3 meses fue desalojado de la casa en la que vivía con unos amigos y desde entonces se quedó en situación de calle; su madre y hermanos lo veían de vez en cuando, le llevaban de comer y sobre todo trataban de convencerlo de que ingresara a un centro de rehabilitación y no dejara de tomar sus medicinas.
Con cierta frecuencia les llamaba por teléfono, la última vez fue el 13 de marzo, pero desapareció misteriosamente y temen que le haya pasado algo malo, ya que padece de esquizofrenia y bipolaridad y necesita de medicamentos permanentemente.
Ya reportaron su desaparición a la Policía de Phoenix; también lo buscaron en hospitales, cárceles, centros de detención para inmigrantes con algún proceso pendiente y hasta en la misma morgue sin ningún resultado.
Ante esta situación, cada día la incertidumbre y angustia se apoderan más de su mente; temen que haya sido atacado por su inclinación sexual y se trate de un crimen de odio, pues siempre ha sido discriminado y rechazado por ser gay, lo que lo hacía sentir muy mal.
“Estamos muy preocupados, sobre todo mi mamá está muy mal; no entendemos qué pasa, hace mucho no vive con nosotros pero sabíamos como o donde localizarlo; ya lo reportamos, ya lo buscamos y nada, parece como si se lo hubiera tragado la tierra”, declaró a PRENSA ARIZONA su hermana Marisol Maciel.
Añadió que otra muy afectada es su hija Evelyn Canaan-Maciel, de solo 15 años, pues Miguel es su tío favorito y ella su sobrina consentida, por eso pregunta mucho por él y llora pensando que algo malo le haya pasado.
Hizo un llamado a la comunidad de Phoenix, del Valle del Sol y todo Arizona a que los apoyen en su localización: “Muchas personas lo conocen y lo identifican, estamos seguros que alguien sabe donde está o qué le pasó, por favor les pedimos que nos digan”.
“Vivo o muerto”
La entrevistada comentó que su hermano Miguel Maciel es un muchacho noble, de buen corazón y muy inteligente; lamentablemente el rechazo que sentía de algunas personas debido a sus preferencias sexuales le afectaba mucho y lo hacía tomar malas decisiones y salidas falsas como el consumo de drogas; intermitentemente trabajaba y recaía en las adicciones, era una lucha constante en su vida
“Vivo o muerto, pero necesitamos saber dónde está o qué pasó con él; la Policía está haciendo su trabajo, pero también necesitan pistas, que alguien les dé alguna información para que los conduzca a la verdad”, expresó resignada Marisol, la más allegada a Miguel de todos los miembros de su familia.
Están conscientes de que las personas que viven en la calle, como su hermano, están en peligro latente por las inclemencias del tiempo, sobre todo en calor extremo.
“No sabemos nada”
PRENSA ARIZONA logró hablar con el dueño de la casa donde vivió Miguel en el área de la calle 7 e Indian School, quien aceptó con la condición de reservar su identidad.
Confesó ser gay también y que su solvencia económica le permite dar alojo a algunas personas sin cobrarles renta; dijo que durante algunos años lo hizo con Miguel por considerarlo una buena persona.
Pero reveló que por ciertos problemas y diferencias personales entre él y su pareja con Miguel y también hace 3 meses le pidieron dejar su casa y desde entonces no lo han visto.
Recompensa
La familia de Miguel Maciel alias “La Mexican Barbie”, “Dario” y “Dariana” reunieron $1,000 que ofrecen como recompensa a quien proporcione información sobre su paradero, lo cual están están difundiendo en diferentes redes sociales, canales de televisión y PRENSA ARIZONA.
Subrayó Marisol que también están colocando flyers en postes, cercos y muros en áreas donde se congregan los indigentes; incluso han ido personalmente a preguntar si alguien lo ha visto, pero hasta ahora “nadie” sabe nada.
Quienes estén interesados en la recompensa y tengan información verdadera y comprobable dónde está Miguel o que le pasó, pueden comunicarse al (602) 487-3607 o al (602) 516-9900.
