La retórica de Mark Carney reflejó el clima electoral marcado por los aranceles estadounidenses y los comentarios del expresidente sobre convertir a Canadá en el “estado 51”. Foto: Cortesía / @MarkJCarney
Mark Carney, reelegido primer ministro de Canadá, no ocultó su objetivo central durante su discurso triunfal: responder a las “amenazas reales” de Donald Trump. “Estados Unidos quiere nuestra tierra, recursos, agua y país. No son advertencias vacías”, afirmó ante simpatizantes en Ottawa, tras una victoria que pocos anticipaban hace tres meses 28.
La retórica de Mark Carney reflejó el clima electoral marcado por los aranceles estadounidenses y los comentarios del expresidente sobre convertir a Canadá en el “estado 51”. Trump, incluso el día de las votaciones, insistió en Truth Social: “¡Miren qué hermosa sería esta masa de tierra sin fronteras!”. Pero los canadienses respondieron con un voto nacionalista: el Partido Liberal logró su cuarto mandato consecutivo, aunque sin mayoría absoluta 911.
De la Derrota Segura al “Milagro Liberal”
Hasta enero, los liberales parecían destinados al colapso. Bajo Justin Trudeau, enfrentaban una desaprobación del 60% por crisis económicas y división interna. Pero la renuncia de Trudeau y la llegada de Carney —un tecnócrata sin experiencia política— cambiaron el juego. Trump, sin quererlo, les dio la fórmula: sus aranceles a productos canadienses y burlas a la soberanía nacional movilizaron a un electorado hastiado 612.
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“Los ataques de Trump a nuestra economía e identidad fueron el mejor campaign manager de Carney”, señaló Steven Guilbeault, ministro liberal. El giro fue histórico: de estar 25 puntos abajo en diciembre, los liberales lograron 168 escaños, frente a 144 de los conservadores 811.
La Nueva Realidad: Adiós a la “Relación Especial”
Carney declaró obsoleta la alianza pos Segunda Guerra Mundial con Estados Unidos. “El sistema de comercio global liderado por ellos se acabó. Es una tragedia, pero es nuestra realidad”, dijo, anunciando negociaciones para un nuevo marco económico y de seguridad bilateral. Su promesa: diversificar aliancias con Europa y Asia, y convertir a Canadá en la “economía más fuerte del G7” 412.
Este enfoque ya tiene avances: conversaciones con la UE sobre producción militar y acuerdos comerciales con Corea del Sur y Japón. “Si Estados Unidos ya no lidera, Canadá lo hará”, advirtió Carney, en un guiño a socios desencantados con el aislacionismo trumpista 811.
Poilievre: Un Líder Conservador en la Cuerda Floja
Pierre Poilievre, líder conservador, no solo perdió las elecciones: también su escaño en Carleton, Ontario, tras 20 años en el Parlamento. Su estrategia de centrarse en temas domésticos (vivienda, inflación) y evitar confrontar a Trump directamente resultó contraproducente. “Sonó como un ‘Trump light'”, explicó un votante de Toronto 512.
Aunque prometió seguir al frente del partido, su futuro es incierto. Analistas señalan que su estilo confrontacional y su imitación de la retórica populista lo alejaron de votantes moderados, especialmente mujeres y jóvenes urbanos 611.
Desafíos: Unidad Interna y la Sombra de Trump
El mayor reto de Carney es gobernar sin mayoría absoluta. Necesitará pactar con el Bloque Quebequés (independentista) y los socialdemócratas del NDP, que sufrieron su peor resultado histórico. Mientras Quebec exige más autonomía, Alberta y Saskatchewan —bastiones conservadores— rechazan políticas climáticas y amenazan con tensionar la unidad nacional 1112.
En lo económico, el 75% de las exportaciones canadienses aún dependen de Estados Unidos. Los aranceles trumpistas a automóviles, vigentes desde marzo, ya han contraído el PIB un 1.2%. Carney prometió reinvertir cada dólar recaudado por contrararanceles en trabajadores afectados, pero el camino es estrecho: equilibrar represalias sin escalar el conflicto 912.
Reacciones Globales: De Macron a Biden
El presidente francés, Emmanuel Macron, felicitó a Carney por “encarnar un Canadá fuerte”, mientras el exmandatario estadounidense Joe Biden elogió su capacidad para defender valores compartidos. Hasta Keir Starmer, primer ministro británico, destacó los lazos históricos con Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra 12.
Trump, en cambio, guardó silencio tras los resultados. Analistas predicen que redoblará su retórica: “Esperen más bromas sobre la anexión y amenazas comerciales”, advirtió Anthony Zurcher de la BBC 6.
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Conclusión: Un Mandato Definido por la Defensa
La victoria de Carney no fue un respaldo a su agenda, sino un acto de resistencia colectiva. Como él mismo admitió: “No somos perfectos, pero luchamos por ser buenos”. En un mundo donde el proteccionismo y la inestabilidad geopolítica son la norma, Canadá busca redefinirse —sin perder su esencia— ante un vecino que ya no es aliado, sino rival.
