Especialistas recomiendan mantener una vida saludable y practicarse exámenes para descartar la enfermedad. Foto: Cortesía / Freepik‘
El cáncer colorrectal es una preocupación de salud pública, tanto a nivel nacional como en Arizona. Esta enfermedad se asocia comúnmente con personas mayores, sin embargo, datos recientes revelan un aumento en la incidencia entre adultos jóvenes en el estado.
En entrevista con Prensa Arizona, la doctora Nicolette Juliana Rodríguez, gastroenteróloga que realiza investigaciones financiadas por la organización sin fines de lucro Stand Up To Cancer (SU2C por sus siglas en inglés), proporciona información valiosa sobre los signos, la prevención, el diagnóstico y los últimos avances en la lucha contra esta enfermedad.
“Es crucial que la gente comprenda que, en muchos casos, el cáncer colorrectal puede no presentar síntomas hasta etapas avanzadas,” advierte.
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Sin embargo, existen señales de alerta que no deben ignorarse, como sangrado rectal, cambios persistentes en los hábitos intestinales, dolor abdominal, debilidad y fatiga. Ante la presencia de estos síntomas, la consulta médica oportuna es fundamental para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Detección Temprana: Una Necesidad
La edad recomendada para comenzar las pruebas de detección de cáncer colorrectal es a partir de los 45 años. Esta recomendación se basa en el preocupante aumento de casos en personas jóvenes, señaló.
“Entre 2017 y 2021, Arizona registró un promedio anual de 319 casos de cáncer colorrectal en menores de 50 años”, agregó, contrastando con los 2,453 casos anuales en mayores de 50.
Este incremento en adultos jóvenes, cuya proporción de casos pasó del 7.2% (2008-2012) al 11.5% (2017-2021), subraya la importancia de la detección temprana en un rango de edad más amplio.

Antecedentes familiares de cáncer colorrectal requieren una consulta médica para evaluar factores de riesgo y posibles intervenciones más tempranas.
Si bien la edad y los antecedentes familiares son factores de riesgo conocidos, existen otros elementos que influyen en el desarrollo del cáncer colorrectal. Enfermedades inflamatorias intestinales, la raza, la etnia y el estilo de vida también juegan un papel importante.
Panorama en Arizona
El cáncer colorrectal no es solo un problema nacional; Arizona se suma a esta preocupación. En Estados Unidos, se proyectan aproximadamente 107,320 nuevos casos de cáncer de colon y 46,950 casos de cáncer rectal para 2025. Las estadísticas de Arizona entre 2017 y 2021 reflejan esta tendencia, con el ya mencionado aumento en la incidencia en adultos jóvenes generando especial atención.
Unidos Contra el Cáncer (Stand Up To Cancer Colorectal Cancer Health Equity DreamTeam) lidera esfuerzos significativos en la investigación y el tratamiento del cáncer colorrectal. Su enfoque se centra en mejorar el acceso a la detección temprana, especialmente en comunidades latinas, nativas americanas, afroamericanas y personas médicamente desatendidas, donde el diagnóstico a menudo ocurre en etapas avanzadas.
Una herramienta innovadora que están impulsando es la prueba en heces. “Es una opción sencilla, no invasiva y que puede realizarse en casa”, explicó la doctora Rodríguez.
Esta prueba permite detectar señales tempranas de cáncer colorrectal sin la necesidad inmediata de una colonoscopía. Además, el programa capacita a profesionales de la salud e investigadores en diversas comunidades para superar barreras culturales y económicas que dificultan el acceso a la atención médica. El objetivo final es reducir las disparidades en el diagnóstico y conectar a más personas con esta efectiva herramienta de prevención.
Es fundamental distinguir entre pólipos y cáncer de colon. Los pólipos son crecimientos anormales en el revestimiento del colon o recto, que en su mayoría son benignos y asintomáticos. Sin embargo, algunos pueden volverse cancerosos con el tiempo, por lo que su detección y eliminación temprana son cruciales. El cáncer de colon o recto, por otro lado, implica la proliferación de células anormales que forman tumores malignos. “En resumen, los pólipos son alertas tempranas, mientras que el cáncer de colon o recto es una etapa más avanzada de la enfermedad,” aclara la doctora Rodríguez.
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Prevención Activa
Adoptar un estilo de vida saludable es fundamental para reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Los expertos recomiendan enfocarse en tres pilares:
- Alimentación Balanceada: Priorizar frutas, verduras, granos enteros y alimentos ricos en fibra. Reducir el consumo de carnes rojas y procesadas es crucial.
- Actividad Física Regular: El ejercicio ayuda a mantener un peso saludable y reduce la inflamación. Caminar 30 minutos al día puede marcar una diferencia significativa.
- Evitar Sustancias Nocivas: Disminuir o eliminar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas reduce el riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas.
Si bien, algunos estudios sugieren un posible papel de la vitamina D y el calcio en la prevención, es esencial consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento. Una dieta rica en fibra es recomendada para la salud intestinal, concluyó la doctora Rodríguez.