Arizona se suma a estados como Florida, California y Minnesota, que ya restringen el uso de celulares y otras tecnologías en escuelas. Foto: Cortesía / Freepik
Arizona implementó una de las políticas educativas más discutidas del año al restringir el uso de dispositivos electrónicos en las aulas. La ley promovida por la diputada Beverly Pingerelli y la senadora Shawnna Bolick, ambas republicanas, busca combatir la distracción digital y priorizar la salud mental de los estudiantes.
Pingerelli, impulsora principal de la HB2484, y Bolick, cuya propuesta SB1226 influyó en el texto final, defendieron la medida como una solución a la crisis de atención en las aulas. La ley exige que los distritos escolares establezcan políticas para limitar celulares, tablets y computadoras durante clases, aunque mantiene excepciones para emergencias, necesidades médicas y actividades educativas supervisadas. “Las aulas son para aprender, no para scrollear”, afirmó Pingerelli.
La norma surge de un reclamo recurrente entre docentes: en encuestas nacionales, una mayoría significativa de profesores identifica los dispositivos como un obstáculo para la enseñanza. Bolick destacó casos de acoso cibernético, plagio y bajo rendimiento académico vinculados al uso excesivo de pantallas. “Nuestros niños merecen ambientes donde puedan concentrarse sin interferencias”, sostuvo la senadora.
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Arizona se suma a estados como Florida, California y Minnesota, que ya restringen el uso de tecnología en escuelas. Francia fue pionera en 2018, prohibiendo celulares en primarias y secundarias. Estudios internacionales, como uno de la London School of Economics, respaldan estas medidas al señalar mejoras en el rendimiento académico, especialmente en estudiantes con dificultades.
El Dilema de las Emergencias
Aunque la ley permite dispositivos en situaciones críticas, el debate persiste. Tras el tiroteo en Uvalde, Texas, donde alumnos usaron celulares para pedir ayuda, algunos padres cuestionan si las escuelas contarán con protocolos alternativos. Defensores argumentan que sistemas de alerta internos podrían equilibrar seguridad y concentración sin depender de teléfonos.
La HB2484 marca un giro en la relación entre tecnología y pedagogía. Tras años de impulsar herramientas digitales, educadores ahora buscan límites. Para muchos padres, es un alivio: según encuestas, una parte considerable cree que los dispositivos distraen a sus hijos. Sin embargo, expertos piden no demonizar la tecnología, sino integrarla con estrategias claras.
La flexibilidad de la ley —cada distrito diseña sus normas— plantea retos. Escuelas urbanas podrían implementar lockers con bloqueo magnético, mientras zonas rurales enfrentan limitaciones logísticas. “Necesitamos recursos para almacenar dispositivos de forma segura”, señaló un director en una comunidad rural, quien prefirió mantener su nombre en reserva.
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Pingerelli y Bolick coinciden en que esta es solo una primera etapa. Ambas legisladoras prometieron promover más políticas que protejan a los estudiantes de los riesgos digitales. Mientras, educadores subrayan la necesidad de capacitar a docentes y fomentar la autorregulación en los alumnos.
Arizona apuesta a que las aulas sean santuarios de enfoque y el éxito de esta medida podría influir no solo en calificaciones, sino en cómo las futuras generaciones equilibran tecnología y aprendizaje.