El campo republicano se está llenando rápidamente con aspirantes que buscan la nominación presidencial del partido en las próximas elecciones de EE. UU. Esta abarrotada competencia podría aumentar las posibilidades de que el ex presidente Donald Trump vuelva a ganar la nominación.
Con la entrada de figuras prominentes como el ex gobernador de New Jersey, Chris Christie, el ex vicepresidente Mike Pence y el gobernador de North Dakota, Doug Burgum, y la presencia de ocho candidatos declarados o posibles en un evento en Iowa, el escenario republicano se ha vuelto sumamente competitivo.
Los planificadores del primer debate incluso consideran dividir el evento y realizar dos eventos separados para asegurar que todos los contendientes tengan la oportunidad de ser vistos y evaluados.
Esta saturación de candidatos tiene implicaciones tanto positivas como negativas para el partido republicano. Por un lado, demuestra la profundidad del liderazgo republicano, con contendientes como la ex embajadora de Naciones Unidas Nikki Haley, el gobernador de Florida Ron DeSantis y el senador Tim Scott. Esto contrasta con los demócratas, quienes podrían enfrentar dificultades si el presidente Joe Biden decide no postularse para la reelección el próximo año.
Sin embargo, el campo abarrotado también presenta un desafío. Al replicar la carrera republicana de 2016, donde 16 candidatos dividieron el voto y permitieron que Trump emergiera como líder, existe el riesgo de que ninguno de los candidatos obtenga una mayoría clara. La victoria de Trump en New Hampshire con solo el 35% de los votos es un ejemplo de cómo una competencia con demasiados candidatos puede fragmentar el apoyo.
En la actualidad, la lucha para los demás candidatos es alcanzar el umbral del 1% en las encuestas y conseguir 40,000 donantes únicos de más de 200 donantes individuales en 20 estados diferentes para ser considerados en los debates. Estos requisitos han generado críticas de candidatos menos conocidos, argumentando que favorecen a aquellos que generan donaciones en línea mediante retórica extrema y tácticas de miedo. Además, limitan la oportunidad de los votantes de Iowa y otros estados iniciales de evaluar a todos los candidatos.
A pesar de no estar físicamente presente en algunos eventos recientes, Trump sigue siendo una figura dominante en el campo republicano. Su presencia, incluso a miles de kilómetros de distancia, afecta a todos los demás candidatos. Su popularidad entre la base republicana lo posiciona como el favorito del partido y lo distingue del resto de los aspirantes.
En conclusión, la abarrotada competencia en el campo republicano podría jugar a favor de Donald Trump. Sin embargo, el exceso de candidatos plantea desafíos y riesgos para el partido, como la fragmentación del apoyo y la dificultad de que otros candidatos obtengan una exposición significativa. A medida que la carrera se intensifique, será interesante ver cómo se desarrollan las estrategias y alianzas entre los contendientes en su búsqueda de la nominación presidencial republicana.
Félix A García es un estratega político y fundador de Primera Consulting Group, una firma consultora global de política pública y asuntos regulatorios. García se desempeña como consultor en campañas políticas. Puedes seguirlo en Twitter como @FelixGofficial.
