Estados Unidos claramente no es el equipo dominante que ganó la Copa Mundial Femenina de 2019.
Los estadounidenses han avanzado a la fase eliminatoria en esta edición del torneo, pero apenas después de empatar 0-0 con Portugal en su último partido de grupo. Después del pitido final el martes por la noche, Alex Morgan permaneció inexpresiva con las manos en las caderas.
Era una mirada de frustración. Si las estadounidenses no retoman su juego, su carrera hacia un tercer título consecutivo de la Copa del Mundo pronto podría terminar.
Con solo una victoria y un par de empates, Estados Unidos cayó al segundo lugar del Grupo E detrás de Holanda. Los estadounidenses ahora se dirigen a Melbourne, Australia, para un partido de octavos de final contra el mejor clasificado del Grupo G, que concluye el miércoles.
Estados Unidos anotó solo cuatro goles en la fase de grupos, un marcado contraste con los 18 que anotó en el grupo en 2019. En cada uno de sus primeros seis partidos hace cuatro años en Francia, los estadounidenses anotaron en los primeros 12 minutos.
“Creo que hay cosas que podemos hacer mejor con seguridad, cosas que podríamos hacer mejor en los últimos dos juegos. Pero no voy a detenerme en ello. Es lo que es”, dijo la veterana Megan Rapinoe. “Necesitamos jugar mejor y lo sabemos. Necesitamos ser un poco más fluidos y creo que un poco más conectados ofensivamente”.
El equipo tiene 14 jugadores que están haciendo su primera aparición en una Copa del Mundo, y para 12 de ellos, es su primer gran torneo internacional. El entrenador Vlatko Andonovski se centró en desarrollar jóvenes talentos después de que Estados Unidos se conformara con una decepcionante medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio.
