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En un acto de crueldad animal, un gatito negro fue arrojado desde un vehículo en movimiento en la Interestatal 10, en el oeste de Phoenix. Afortunadamente, una conductora que presenció el incidente detuvo su automóvil y rescató al felino, envolviéndolo en una toalla para protegerlo del tráfico.
Coincidentemente, Rich Dimaio, empleado del Departamento de Transporte de Arizona (ADOT) y amante de los animales, pasaba por el lugar y se percató del rescate. Dimaio, conocido por su historial de rescatar animales en situaciones similares, tomó al gatito y lo llevó a la Sociedad Protectora de Animales de Arizona (AHS) para recibir atención médica.
Dos semanas después, el equipo médico de AHS informó que el gatito, ahora llamado Martin, se encontraba en buen estado de salud y listo para comenzar una nueva etapa en su vida. Sin embargo, en lugar de ser puesto en adopción tradicional, Martin fue incorporado al Programa de Gatos Trabajadores de AHS.
Este programa ofrece una solución innovadora para gatos que no se adaptan a la vida en interiores, permitiéndoles desempeñar roles como controladores naturales de plagas en negocios locales, como almacenes, molinos, ranchos, graneros y cervecerías. De esta manera, Martin contribuirá al control de roedores y otras plagas, brindando una alternativa ecológica al uso de pesticidas.
Este caso resalta la importancia de la intervención oportuna y la compasión hacia los animales en situaciones de maltrato, así como las oportunidades que programas como el de Gatos Trabajadores ofrecen para brindarles una segunda oportunidad y un propósito en la comunidad.
