La primera apertura de playoffs de la NFL de Kyler Murray se convirtió rápidamente en una pesadilla.
El dinámico mariscal de campo y sus compañeros de equipo de los Arizona Cardinals tuvieron el peor comienzo imaginable en la derrota del lunes por la noche 34-11 ante Los Angeles Rams en la ronda de comodines de la NFC. Para cuando los Cardinals consiguieron su primer intento inicial, iban perdiendo 21-0 a la mitad del segundo cuarto.
“Ni siquiera lo convertimos en un juego. Puse mucho sobre mis hombros. Jugar como lo hice fue decepcionante”, dijo Murray, quien completó 19 de 34 pases para 137 yardas y dos intercepciones.
Los Cardinals se fueron tres y fuera en sus primeras cuatro posesiones, la primera vez que eso sucede en un juego de playoffs en al menos 10 temporadas. Fueron superados 180-40 en la primera mitad y promediaron solo 1.5 yardas por jugada, el segundo peor promedio en un juego de playoffs en las últimas 20 temporadas.
Murray estuvo bajo presión desde el principio. Fue capturado dos veces en la primera mitad y casi fue derribado por un safety en el segundo cuarto antes de lanzar un pase desacertado que fue interceptado por David Long para un touchdown de 3 yardas para poner el 21-0.
Murray no pudo encontrar ningún éxito lanzando campo abajo. Completó solo un pase más allá de las 15 yardas aéreas en ocho intentos, y 11 de sus 34 intentos fueron pases detrás de la línea de golpeo.
“Simplemente se salió de control temprano. Tienes que ser capaz de pasarle el balón a esos muchachos. Cuando entras en un juego aéreo, tienen tres de los mejores cazamariscales junto con buenos jugadores en la parte trasera”, dijo Murray.
Los Cardinals llegaron al juego décimos en la liga en yardas terrestres, con un promedio de 122 yardas por juego, pero se limitaron a 61, el mínimo de la temporada, contra los Rams. Murray tuvo dos intentos terrestres, el mínimo de la temporada, y ganó seis yardas.
“Creo que, en general, como ofensiva, no estábamos sincronizados en un par de cosas al principio que podrían haber cambiado el juego. Nunca nos metimos en ritmo e hicieron algunas jugadas importantes”, dijo el entrenador Kliff Kingsbury, a quien por cierto los más importantes medios deportivos del estado, ya empezaron a despedir.
El único touchdown de Arizona llegó a la mitad del tercer cuarto cuando la carrera de 2 yardas de James Conner coronó una serie de 12 jugadas y 75 yardas para acercar a los Cardinals 28-8. Esa unidad también marcó la primera vez que Arizona cruzó el mediocampo.
“Cuando tienes juego negativo tras juego negativo, es difícil salir de eso. Una vez que nos pusimos en marcha en la segunda mitad, comenzamos a hacer algunas cosas buenas, pero ya era demasiado tarde”, dijo el receptor abierto Christian Kirk.
La pérdida por paliza continuó una tendencia durante el mandato de Kingsbury: comienzos rápidos de la temporada antes de colapsar en la recta final, lo que ha generado enorme decepción.
Arizona ganó sus primeros siete juegos y fue el último equipo invicto de la NFL, lo que lo convirtió en uno de los primeros favoritos en la NFC.
Con foja de 10-2, los Cardinals tenían el mejor récord de la NFC y una ventaja de dos juegos en el Oeste antes de perder cuatro de sus últimos cinco juegos de temporada regular y caer ante el quinto sembrado.
El liniero defensivo J.J. Watt salió de la reserva de lesionados antes del partido luego de someterse a una cirugía de hombro a fines de octubre, pero a pesar de su regreso, el veterano de 11 años no pudo ocultar su decepción por el resultado.
“Por lo que fuimos capaces de hacer y mostramos lo que podemos hacer, no hay otra forma que describir esto como un fracaso. Tienes la oportunidad de disfrutar de los altibajos, pero tienes que vivir con los bajos. Comenzamos muy bien la temporada y terminamos terrible”, dijo Watt.
