A inicios de año los legisladores republicanos comandados por Warren Petersen presentaban una controvertida propuesta para otorgar a los funcionarios locales el poder de encarcelar y deportar a migrantes, lo que ahora es la Proposición 314 que definirán los votantes en noviembre. FOTO: Oscar Ramos
La abismal diferencia en las propuestas para enfrentar un sistema roto
Mientras el expresidente y criminal convicto Donald Trump torpedeaba un acuerdo bipartidista sobre la seguridad fronteriza en el Congreso, en Arizona los legisladores republicanos presentaban una controvertida propuesta para otorgar a los funcionarios locales el poder de encarcelar y deportar a migrantes, criticando la inacción del gobierno federal ante lo que describen como una crisis.
“Arizona está en una crisis y esto se debe directamente a la negligencia de la administración Biden”, declaró Warren Petersen, presidente del Senado estatal, en enero.
La iniciativa, conocida como la “Ley de Seguridad Fronteriza”, fue recibida con una fuerte oposición por parte de comunidades latinas e inmigrantes en Arizona, quienes acudieron en masa al Capitolio estatal para protestar contra lo que consideraron un ataque xenófobo y varios manifestantes acusaron a los republicanos de revivir un discurso similar al de la infame ley SB 1070, aprobada hace 14 años, que permitió la persecución y discriminación de inmigrantes por las fuerzas del orden locales, solamente por su color de piel.
En el contexto de la carrera presidencial, Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris presentan enfoques diametralmente opuestos sobre el futuro de los 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin estatus legal.
Mientras Trump ha prometido deportaciones masivas sin ofrecer demasiados detalles, Harris ha adoptado una postura firme en cuanto a la seguridad fronteriza, comprometiéndose a revivir y firmar el acuerdo bipartidista que Trump frustró. Harris busca equilibrar las demandas de seguridad con una reforma migratoria que ofrezca un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes de larga data.
Por su parte, Trump ha recurrido nuevamente a un enfoque más drástico, prometiendo utilizar la Guardia Nacional para apoyar las acciones de deportación masiva, lo que ha alimentado la polarización en el debate migratorio. Aunque Biden y otros presidentes anteriores han desplegado tropas para apoyar a la Patrulla Fronteriza, nunca se les ha asignado un papel directo en la aplicación de la ley migratoria.
El voto latino: clave para 2024
La inmigración ha sido un tema recurrente entre los votantes en todo el país, y Arizona no es la excepción. A pesar de la caída reciente en los cruces fronterizos, los políticos republicanos siguen utilizando el tema para movilizar a su base. Sin embargo, recientes encuestas revelan que los estrategas pueden estar subestimando la creciente influencia del electorado latino, particularmente en estados clave como Arizona.
En 2020, los latinos representaban el 20% del electorado en Arizona, y apoyaron mayoritariamente a Joe Biden, ayudando a su ajustada victoria. Este año, se espera que más de 600,000 latinos emitan su voto en el estado, consolidando su estatus como un bloque electoral crucial.
Abril Gallardo, jefa de personal de LUCHA (Living United for Change in Arizona), calificó la nueva ley propuesta como un intento de revivir las políticas de la era SB 1070, que separaron familias y resultaron en detenciones masivas. “Estamos aquí para decir, ‘No en nuestro tiempo’”, afirmó Gallardo, mientras LUCHA lidera una campaña para movilizar a los votantes latinos y derrotar la propuesta en las urnas.
El futuro de la inmigración
Mientras los republicanos esperan que la Ley de Seguridad Fronteriza atraiga a votantes en las elecciones locales, los grupos progresistas, liderados por organizaciones como LUCHA, están trabajando para registrar a millones de votantes y así contrarrestar el avance de las políticas antiinmigrantes.
A nivel nacional, el tema de la inmigración seguirá siendo un campo de batalla en las elecciones de 2024, con Trump y Harris presentando visiones opuestas. Sin embargo, en Arizona, el verdadero campo de prueba será si los republicanos pueden movilizar a suficientes votantes a favor de su postura estricta, o si la creciente influencia del voto latino cambiará el panorama electoral en un estado donde cada voto cuenta.
El resultado de esta iniciativa y las estrategias de los candidatos frente a la inmigración podrían definir el futuro no solo de Arizona, sino de todo el país en noviembre de 2024.