Pese a promesas de campaña del presidente Donald Trump, los precios de los productos siguen al alza, como el del huevo y otros productos. Foto: Archivo / Prensa Arizona
En agosto de 2024, rodeado de alimentos básicos como huevo, leche y carne, el entonces candidato Donald Trump prometió que, de llegar a la Casa Blanca, reduciría inmediatamente el costo de la vida.
“Cuando gane, bajaré los precios desde el primer día”, afirmó con seguridad, apelando a millones de votantes afectados por años de inflación que culpaban al expresidente Joe Biden y los demócratas de todos los males económicos.
Sin embargo, a semanas de su regreso a la presidencia, esas promesas de aliviar la carga económica de las familias parecen haberse desvanecido y el precio del huevo, uno de los productos más simbólicos de la mesa estadounidense, continúa disparándose, al igual que el costo de la gasolina y otros bienes de consumo.
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El precio del huevo, se han disparado como resultado de una gripe aviar mortal que ha limitado la oferta; los precios de la carne han subido debido a la sequía en curso; se espera que los precios del café se disparen debido al clima severo en América del Sur y los costos de la vivienda seguirán aumentando debido a una escasez de inventario desde hace mucho tiempo.
Pero eso no es todo, las políticas migratorias y arancelarias de Trump amenazan con agravar aún más la situación.
Trump ha propuesto aranceles del 25% sobre productos importados de Canadá y México, medidas que, según economistas, tendrán un impacto negativo en los precios de frutas, verduras y otros alimentos esenciales.
Actualmente, Estados Unidos importa el 60% de sus frutas frescas y el 40% de sus vegetales desde México y estos aranceles, combinados con las crecientes deportaciones de trabajadores agrícolas indocumentados, podrían desestabilizar gravemente la cadena de suministro alimentaria.
Igualmente, la deserción de trabajadores del campo por miedo a las políticas migratorias ya está generando estragos, pues según datos de Farmworker Justice, más del 50% de la fuerza laboral agrícola está compuesta por inmigrantes indocumentados y con el endurecimiento de las deportaciones, muchos están abandonando sus empleos, lo que ha provocado pérdidas significativas en la producción agrícola.
Como resultado, se espera que productos básicos como frutas y verduras se encarezcan, afectando directamente a los hogares estadounidenses; dueños de granjas y cultivos, advierten que la pérdida de trabajadores inmigrantes podría reducir la producción agrícola en hasta 60 mil millones de dólares, por ende, la seguridad alimentaria del país está en peligro sin estos trabajadores y las familias pagarán precios aún más altos por los alimentos.
Trump argumentó que puede ayudar a bajar los precios de los alimentos perforando más petróleo a nivel nacional; sin embargo, desde la administración Biden, Estados Unidos ya estaba produciendo más petróleo que cualquier otro país en la historia.
Promesa rota del presidente Donald Trump
Las familias estadounidenses, que esperaban un alivio económico tras las promesas de Trump, ahora enfrentan un panorama complicado. El presidente argumenta que perforar más petróleo ayudará a reducir los costos de los combustibles, pero expertos como Tyler Schipper, economista de la Universidad de St. Thomas, señalan que esto no tendrá un impacto inmediato.
“La producción adicional de petróleo lleva tiempo, y las compañías no tienen incentivos para aumentar su capacidad en este momento”, explicó Schipper.
Mientras tanto, sectores como el de los servicios también están sufriendo las consecuencias de las políticas migratorias.
Sam Sánchez, empresario de restaurantes, señaló que el 54% de sus empleados son inmigrantes indocumentados.
“Si deportan a todos, los negocios caerán. Es insostenible”, afirmó. Sánchez, quien votó por Trump, ahora, pero advierte que la economía sufrirá si no se adoptan políticas que estabilicen la fuerza laboral.
Los legisladores demócratas han criticado la falta de acciones concretas por parte de Trump para cumplir sus promesas económicas y en una carta firmada por la senadora Elizabeth Warren y otros congresistas, señalaron que las políticas actuales no solo no han reducido los precios, sino que han desviado la atención hacia prioridades como las deportaciones masivas y los indultos a implicados en el asalto al Capitolio.
De hecho, agregaron los legisladores, Trump parece estar “retrocediendo” en esas promesas, al reconocer en las últimas semanas que es “difícil bajar las cosas”.
“La inflación no se combate con aranceles ni con deportaciones masivas”, advierten expertos. De hecho, los economistas estiman que una deportación masiva podría reducir el Producto Interno Bruto (PIB) del país entre un 2.6% y un 6%, lo que se traduce en pérdidas de hasta 1.6 billones de dólares anuales.
Los hogares estadounidenses siguen enfrentando precios elevados en alimentos, combustibles y vivienda.