El endurecimiento de políticas migratorias y el anuncio de redadas ha provocado pánico entre la población migrante. Foto: Cortesía / Facebook ICE
Arizona, uno de los estados con mayor población inmigrante en Estados Unidos, se enfrenta nuevamente a un clima de miedo e incertidumbre tras el reciente endurecimiento de las políticas migratorias de la administración de Donald Trump. Se confirmó que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) inició redadas en diversas ciudades del país, marcando un regreso a medidas que habían generado gran controversia en el pasado.
En redes sociales, diferentes publicaciones de usuarios alertaban sobre presuntas redadas en varias locaciones de Phoenix y el Valle del Sol. Sin embargo, no pudieron ser confirmadas, por lo que solo provocó pánico entre la comunidad migrante.
Por su parte el cónsul general de México en Phoenix, Jorge Mendoza Yescas reiteró su llamado a la calma y aclaró que al momento en el Valle del Sol no se han registrado redadas, pese a las constantes publicaciones en redes sociales que afirmaban lo contrario.
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Reabriendo heridas
Carmen Ramírez, activista en Phoenix, recuerda el impacto de políticas similares implementadas durante el mandato de Joe Arpaio, ex alguacil del condado de Maricopa. “En ese entonces, nadie quería salir de sus casas. Los padres temían llevar a sus hijos a la escuela o buscar ayuda médica”, comentó. Ahora, el anuncio de las redadas ha revivido esos temores, afectando la vida diaria de miles de inmigrantes.
Distritos escolares en Arizona, como los de Phoenix, han reiterado que no permitirán la entrada de agentes de ICE sin una orden judicial válida, en un esfuerzo por proteger a sus estudiantes. Por su parte, iglesias han retomado la práctica de ofrecer refugio a inmigrantes perseguidos, continuando con los esfuerzos de santuario que habían disminuido durante la administración de Barack Obama.
A nivel nacional, organizaciones defensoras de derechos humanos han alertado sobre las posibles consecuencias traumáticas de estas redadas, especialmente para los niños que podrían presenciar la detención de sus padres: “El miedo y el estrés en estas comunidades alcanzarán niveles alarmantes”, advirtió Olivia Golden, del Centro de Políticas Legales y Sociales.
Aunque algunos defensores argumentan que estas medidas permitirán detener a individuos peligrosos, los críticos temen que se utilicen de manera indiscriminada, fomentando la discriminación racial y exacerbando las tensiones sociales.
Mientras las redadas se intensifican, miles de familias inmigrantes en Arizona enfrentan una incertidumbre creciente, temiendo que las políticas actuales reabran heridas del pasado y perpetúen un clima de división y miedo en sus comunidades.
Con información de Marlene Valero.