El expresidente Trump intensificó su esfuerzo del año electoral para dominar el Partido Republicano, realizando un mitin en Arizona el sábado en el que criticó a cualquiera que se atreva a cuestionar su mentira de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas, incluido el gobernador republicano del estado, Doug Ducey.
Trump siguió obsesionado con el tema y así lo mostró en Florence, Arizona, un bastión republicano a unas 70 millas al sureste de Phoenix. Es el primero de lo que los asistentes dicen que será un ritmo más acelerado de los eventos de Trump en los próximos meses.
Trump anunció otro mitin más adelante en enero en Texas, donde las primarias del 1 de marzo marcan formalmente el comienzo de la campaña de mitad de período.
El riesgo, sin embargo, es claro en la contienda por el Senado de Arizona, en un año que favorece a los republicanos, el estado debería ser una recuperación relativamente alcanzable y algunos en el partido están ansiosos por que Ducey ingrese a la carrera contra el titular demócrata Mark Kelly.
Pero los repetidos ataques de Trump contra Ducey, quien se ha negado a respaldar las conspiraciones electorales, podrían dificultarle el éxito en las primarias republicanas que al momento aventaja el fiscal general Mark Brnovich.
Antes de su viaje, Trump, quien continúa provocando otra candidatura a la presidencia en 2024, emitió una declaración de que nunca respaldaría a Ducey. Y continuó criticándolo en la manifestación, que estuvo dominada por sus quejas sobre las elecciones que se llevaron a cabo hace más de 14 meses.
“Es un desastre. Ducey ha sido un terrible, terrible representante de su estado”, dijo Trump.
Ducey aseguró por su parte que concluiría su labor como gobernador de Arizona, pero en año electoral, todo puede pasar.
Aún así, la disidencia de la mentira electoral de Trump dentro del Partido Republicano sigue siendo rara, pues desde Ohio hasta Georgia y Arizona, los candidatos que se postulan para el Senado, gobernador y fiscal general han abrazado por completo las falsedades de Trump al tratar de ganarse su respaldo, o al menos desviar su furia y ganarse a su base.
Y es que uno de sus comunicados, Trump fue por demás explicito: “¡Cualquiera que no crea que no hubo un fraude electoral masivo en las elecciones presidenciales de 2020 es muy estúpido o muy corrupto!”.
El comunicado le hizo llover crítica a Trump, pues al utilizar una doble negación en sus líneas, literalmente aceptó el resultado de la elección y se llamó a sí mismo corrupto y estúpido. Pero ¡Es Donald Trump!
A fin de cuentas las teorías de fraude electoral se exhibieron por completo en Arizona el sábado por la noche cuando todos los candidatos respaldados por Trump declararon falsamente que las elecciones habían sido robadas y que Trump era el presidente debidamente elegido.
A corto plazo, ese posicionamiento puede ayudar a los candidatos republicanos a salir victoriosos en las primarias que, pero existe la preocupación de que pueda perjudicar al partido en el otoño, especialmente entre los votantes suburbanos que se han vuelto cada vez más decisivos en las campañas recientes.
Cuanto más a la derecha vayan los republicanos ahora, más fácil les resultará a sus rivales demócratas retratarlos como extremistas en una elección general.
Menos de dos meses antes de que comience la temporada de primarias de 2022, Trump sigue siendo la figura más popular entre los votantes que decidirán qué republicanos avanzan a las elecciones generales de otoño, pero la dinámica reciente aporta nueva claridad al debate que probablemente animará al Partido Republicano durante todo el año: qué tan cerca deben alinearse los candidatos con Trump y su mentira electoral.
No hay evidencia que respalde las afirmaciones de Trump de que las elecciones fueron robadas. Los funcionarios electorales y su propio fiscal general rechazaron la idea. Los argumentos de Trump también han sido rotundamente desestimados por los tribunales, incluidos los jueces designados por el expresidente.
Y cada vez que los candidatos pasan mirando hacia atrás es tiempo que no pasan atacando al presidente Biden, a quien se considera particularmente vulnerable debido al aumento de la inflación y los casos de coronavirus.
