Padre Paul Sullivan, bendiciendo los vehículos de los feligreses. / FOTO: Leo Hernández
Con la fe en que Dios los protegerá de accidentes y otros peligros en las calles y carreteras, decenas de feligreses de la Parroquia San Gregorio llevaron sus vehículos para ser bendecidos.
Fue el pasado domingo 21 de enero cuando en los estacionamientos y calles aledañas a dicha iglesia localizada en la 18 avenida y Osborn, cuando carros, camionetas y vans de distintas marcas y modelos recibieron la aspersión del agua bendita con sus tripulantes a bordo o congregados a su alrededor.
“Yo traje mi troca del trabajo a bendecir porque ando mucho en carretera, ahorita estoy yendo hasta Florence”, comentó José López, un trabajador de la construcción que confesó “no ser muy devoto” ni asistir a Misa los domingos, pero sí tiene muy arraigada la tradición de bendecir los carros y las casas.
Dijo el entrevistado: “Donde soy toda la gente bendice sus carros, sus casas y hasta los animales. Supe que hoy estaban aquí haciendo eso y por eso vinimos”.
Cabe mencionar que la bendición de personas, viviendas, autos y animales es uno de los sacramentales de la Iglesia Católica.
Según la doctrina Católica, sacramentales los no sacramentales son signos sagrados instituidos por la Iglesia, por medio de los cuales se reciben efectos espirituales.
Al respecto el padre Paul Sullivan, párroco de San Gregorio, explicó: “Las bendiciones se llaman sacramentales porque nos preparan para recibir la gracia de los sacramentos y nos ayudan a crecer y ser más como Cristo. Realmente creemos que Dios nos bendice y como dice el salmo 9, ‘El envía a sus ángeles para protegernos’”.
De acuerdo a la tradición Católica, para pedir la protección divina también son bendecidos objetos religiosos como imágenes de santos, cruces, medallas y rosarios.
En los sacramentales los creyentes imploran la protección de Dios
“Cuando utilizamos o recibimos los sacramentales, lo que estamos haciendo es acogernos a la misericordia de Dios y poniéndonos bajo su protección”, resalta el Catecismo Católica.
“Nosotros no viajamos tan lejos, pero si andamos seguido en el carro y uno nunca sabe qué puede pasar en la carretera, por eso trajimos nuestro carro”, expresó Javier López, un asiduo feligrés de esa parroquia junto con su esposa y sus 2 hijos.
Al igual que ellos en general los asistentes a esa parroquia se congratularon que la tradición de bendecir los vehículos haya sido traída a Phoenix, pues les hace recordar sus lugares de origen.
